El gobierno dice haber encontrado la solución para bajas los precios del alquiler y es topar los precios, como se lleva tiempo haciendo en Barcelona.
La IA de Google nos cuenta sin embargo otra historia. La verdad sería que los precios del alquiler en Barcelona se han encarecido nada menos que un 13,2% en un año. Los precios no han bajado como consecuencia de las medidas bolivarianas aplicadas, por el contrario se han disparado.
De hecho, topar los precios puede llegar a frenar los precios, lo que no puede hacer es resolver el problema de disponibilidad de vivienda. Si tienes 5 pisos para 10 familias, puedes topar el precio y tener éxito, pero habrá 5 familias con un piso artificialmente barato y 5 familias sin pisos, porque seguirán faltándote 5 pisos para que todos tengan un piso. No sólo eso, si topas el precio, ¿a quién alquilarán los propietarios los pisos? A los 5 más solventes. Los más desfavorecidos seguirán siendo los que se queden sin piso. Si quieres solucionar el problema de la vivienda para las 10 familias necesitas 10 pisos. Si quieres bajar los precios necesitarás 11 pisos.
En el caso de Navarra, la consejera de Vivienda, Begoña Alfaro (Podemos), presume de las viviendas deshabitadas que se han incorporado al mercado, pero más allá del titular las cuentas nos ofrecen una historia distinta por completo, incluso tomando como referencia los propios datos utilizados por la consejera. Las 500 viviendas son un resultado del Informe del derecho subjetivo a la vivienda en Navarra: Registro de Viviendas Deshabitadas 2024, el cual señala que en los últimos años el Gobierno foral ha declarado 1.800 viviendas deshabitadas y en estos momentos el número total sería de 1.294.
Para empezar, hay que distinguir entre viviendas vacías y deshabitadas. Es decir, por un lado están las primeras residencias o residencias habituales, y después las viviendas de recreo o segundas residencias. Estas no son viviendas en desuso que se encuentren ociosas y como tales no pueden computar como viviendas en desuso que haya que forzar a que sean alquiladas.
Por otro lado, la cifra de vieidnas “deshabitadas” en Navarra es de 1.294, una cifra ridícula. Hablamos de algo así como un 0,5% del parque de vivienda. Es absurdo presentar como el gran problema del precio de la vivienda la cantidad de viviendas desocupadas. No sólo es que de ningún modo se resolvería el problema de la vivienda ni siquiera tomando ese total de1.294 viviendas, es que además esas viviendas vacías pueden estar en cualquier localidad de Navarra, no en el lugar donde la población las demanda. De este modo, un informe de hace algunos años del NASTAT (Instituto de Estadística de Navarra) mostraba que había localidades con más del 70% de vivienda vacía y secundaría, pero no en el barrio de Iturrama de Pamplona, por decir algo, sino en Castillonuevo (localidad preciosa aunque ligeramente recóndita), Lerga o Petilla de Aragón. Ni topar, ni forzar, ni volver a la URSS. La única forma de resolver el problema de la vivienda es liberalizar suelo y construir más.
