El mensaje del electorado navarro a María Chivite es que tiene que saltarse sus líneas rojas y que para hacer cualquier cosa le tiene que dar la mano a un leproso. María Chivite no puede tratar como apestados a Navarra Suma y Bildu al mismo tiempo.
Mal empieza María Chivite, pretendiendo gobernar dejando a media Navarra al margen. No sólo es que el PSN no pueda gobernar sin los votos o de Navarra Suma o de Bildu, para empezar, sino que literalmente Bildu y Navarra Suma representan a un trozo de Navarra mayor que el que representan PSN, Geroa, Podemos e IE. En concreto, las cuatro formaciones con las que Chivite quiere formar gobierno representan a 159.151 navarros, frente a los 177.977 a los que representan Navarra Suma y Bildu. Que no nos vendan que las urnas han pedido clamorosamente un gobierno de PSN y Geroa o que sería el más representativo porque eso no hay manera de sustentarlo con los números.
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Otro problema para Chivite es declarar apestado a todos los navarros que votan Navarra Suma o Bildu si a continuación pretende gobernar cuatro años apoyándose en ellos, ya sea apoyándose todo el rato en los apestados de un lado o alternativamente en unos y otros apestados. O sea, no declares apestados a aquellos en quienes forzosamente te tienes que apoyar. Para empezar porque es poco respetuoso, pero es que además es poco inteligente, porque estás cargando de razones a quienes te reprochen apoyarte en aquellos a los que tú misma descalificas como apestados.
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Por lo demás, aunque hasta los apestados tienen su corazoncito, Chivite tiene un problema gordo pero no con los apestados de Bildu o los de Navarra Suma, fuerzas a las que Chivite equipara en su rechazo, sino con las matemáticas. Incluso desde un punto de vista meramente estratégico, para el PSN no tiene sentido alguno marcar a nadie como apestado. Hasta si tuviera la intención de no llegar a acuerdo alguno jamás con ninguna de esas dos fuerzas, sería muy torpe decirlo. Es decir, la fuerza negociadora con unos te la da el poder negociar también con los otros. Si te cierras a negociar con uno de los partidos que te puede dar la mayoría que necesitas, le regalas al otro toda tu fuerza negociadora. Si te cierras a negociar con los dos partidos, es que no sólo no sabes negociar, es que tampoco sabes sumar.
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Chivite ha llegado a aconsejar a Navarra Suma que busque el apoyo de Bildu si quiere gobernar. Aunque aparentemente nos encontramos ante una boutade de la candidata socialista por la insistencia de Navarra Suma en recordarle que no puede gobernar excluyendo a esta formación y sin el apoyo de Bildu, efectivamente será difícil que Navarra Suma y Bildu pacten un gobierno, pero para Chivite es imposible hacer nada si a todo le votan en contra Navarra Suma y Bildu, cosa para la que en cambio no haría falta un acuerdo entre ellos y que en realidad sería cosa sencilla y hasta bastante lógica.
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El pasado jueves, ante la pregunta de un periodista que le preguntaba si se abstendría para que fuera presidente Esparza, Chivite contestó “No lo vamos a hacer. No lo vamos a hacer. No lo vamos a hacer. El no es no. No”. Pues bien, si Chivite pretende gobernar con Geroa Bai, Podemos e IE, a Navarra Suma ya le ha dado Chivite hasta la frase con la que le puede contestar cada vez que necesite sus votos para cualquier cosa. Basta con que Esparza suba a la tribuna y, a cualquier propuesta que presente Chivite para que uno u otro lo apoye, empezando por su investidura, simplemente le conteste: “No lo vamos a hacer. No lo vamos a hacer. No lo vamos a hacer. El no es no. No.”
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En ese supuesto sólo le quedará Bildu y eso nos devuelve al punto de partida y a la evidencia de que Chivite puede mandar a una leprosería a Bildu o a Navarra Suma, pero no a los dos a la vez. Y si al final sólo va a mandar a la leprosería a uno o pretende apoyarse en los dos, en tal caso más le vale disimular un poco para no quedar totalmente en manos del otro leproso. O tratar mejor a los dos leprosos si piensa apoyarse en los dos. Pero sin dar la mano a un apestado no se puede gobernar. Eso sí que se lo han dejado claro a Chivite las urnas. Si es demasiado pura para aceptar ese resultado, tendremos que volver a votar. Y luego está el asunto de si los apestados son realmente apestados e igual de apestados todos o si los puros están menos apestados que los demás. E incluso si Chivite se cree que a los demás les cuesta menos trabajo tomar su purísima mano que a ella la de los demás. Pero esa ya sería otra cuestión y más compleja que sumar, además.
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Un comentario
Hace unos días comenté (no hace falta ser muy avispado para ello, porque se veía venir) que Chivite iba a tener una fea papeleta. Tendrá que elegir entre lo que le pide el cuerpo a corto plazo y el futuro de Navarra (incluso el de su partido) a medio-largo.
Hay una frase muy antigua que podría tener en cuenta Chivite: «No he venido a ser servido, sino a servir». ¿Lo hará?