Desde que ciertos partidos han llegado al gobierno o al mando de múltiples ayuntamientos, proliferan las situaciones en las que llama la atención tanto la asistencia como la inasistencia a determinados actos de apoyo, recuerdo y reconocimiento a las víctimas de ETA. Si no van, malo; pero si van tampoco falta quien se lo reproche como le sucedió a la presidenta del Parlamento de Navarra.
Tratando de ser objetivos, que la presidenta del Parlamento de Navarra, la del Gobierno de Navarra o el alcalde de Pamplona acudan a un acto de apoyo a las víctimas del terrorismo debería ser lo normal. Entonces, ¿por qué no lo es y de quién es la culpa?
Que el presidente o el alcalde de tal o cual partido acudan a un acto inevitablemente llama la atención si nunca antes han ido a un homenaje a las víctimas del terrorismo. Cuando lo normal es no ir, lo anormal es ir y lo anormal es noticia. Ahora bien, puesto que lo realmente normal es ir a los homenajes de las víctimas, en principio lo reprochable no es que acudan a ellos, sino que se mezclen en otros actos y homenajes difícilmente compatibles con los actos de reconocimiento a las víctimas: lo anormal es que acudan a esos actos o sus partidos los toleren o promuevan.
El problema es que no se puede ir un día a brindar por los verdugos, o mirar para otro lado, o pedir que los asesinos vayan saliendo a la calle, y al día siguiente ir a poner flores en la tumba de las víctimas. ¿O cómo espera ser recibido por las víctimas?
¿Cómo entenderían las familias de las mujeres asesinadas por sus parejas que los gobernantes acudieran a sus homenajes y también a concentraciones o actos en favor de los hombres que las mataron? ¿Tiene sentido que alguien apoye a la vez o iguale a los bomberos y los pirómanos? ¿Cómo se es equidistante en algo como eso? No se puede sorber y soplar al mismo tiempo.
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Por consiguiente, si el paso consiste en reconocer quiénes eran los buenos y quiénes los malos, entonces adelante.
Pero si el paso consiste en mezclar a los buenos y los malos y tratar de igualarlos a todos, entonces igual mejor que se queden en su casa, o por lo menos será normal que mucha gente lo considere así.
El alcalde de Pamplona, Joseba Asirón, lo mismo dice que acudirá a los homenajes a las víctimas de ETA como habla de violencias cruzadas entre los etarras y sus víctimas. Esto es mucho más lo segundo que lo primero. ¿Cómo que una violencia cruzada? El discurso batasuno intenta vender una vez más un falso mundo sin inocentes, dividido en dos, en el que o se estaba con ETA o con Franco, o con ETA o con los GAL (¿dónde estaría el PNV en este mundo?), y que entonces todos somos igual de malos y todos estamos igual de manchados. Pues de eso nada. No ser de ETA no nos convierte a todos los demás en el GAL, en Franco o en Espectra. ¿No es en la Guerra Civil donde sí que hubo violencias cruzadas y ahí en cambio no tratan Bildu, Podemos o IU de igualar a todas las víctimas?
Cabe la posibilidad de que si acuden a uno de estos actos alguien les diga algo (hasta ahora nada más se ha visto en las grabaciones de los hechos denunciados por Ainhoa Aznárez). ¿Y entonces qué? ¿Hay que montar un mundo cuando ellos han defendido directamente en su libro de estilo, como poco, el escrache, el boicot, la contramanifestación y el tartazo?
Desde luego si alguien le estampa una tarta a la presidenta del Parlamento, porque no le gustan las cosas que hace o que dice, eso será condenable. No digamos si le ponen la mano encima. Pero si eso pasara, y esperemos que no pase, algunos carecerán de la más mínima legitimidad para realizar esa condena.
Finalmente, en este nuevo gobierno de cambio y buen rollo tenemos a Ana Ollo Hualde, portavoz del gobierno y consejera de relaciones ciudadanas e institucionales, quien afirmó tras tomar posesión de su cargo que la suya «Será la consejería de la convivencia, la igualdad, la paz y la normalización”.
Pues si no va a acudir a los actos de homenaje a las víctimas de ETA, como el del subteniente Casanova, o lo que va a normalizar es el recuerdo y la defensa de los verdugos, una consejería que nos podemos ahorrar. Y eso que Ayerdi nos podía subir de menos los impuestos.
5 respuestas
No se debe dejar a las fieras acercarse a las ovejas, por su bien físico y seguridad, pero y pnerlas al mando como si fueran perros pastores ya es el colmo de la idiocia, pero claro, en algunas ovejas ha pesado más la diferencia entre merinas y lachas, que entre ovejas y alimañas.
Lo justo en este caso sería es que las alimañas empezaran por descuartizar y zamparse, por las que les votaron entusiásticamente, y subirles los impuestos, ponerles solo a ellos el «Caca a la puerta», etc etc. Que empiezen por las «latxas»y sobre todo las «beltxas»,que se lo han ganado a pulso.
A los demás que nos dejen en paz, que ni se acerquen.
La condena del Tribunal Europeo de Derechos Humanos a España por el maltrato dado a Mikel Iribarren fue una sentencia del 8 de enero de 2009 realizada por este Tribunal del Consejo de Europa por la agresión policial que recibió Mikel Iribarren en 1991 (17 años antes) y posteriormente por no garantizar un juicio justo en el sistema judicial español.
Cuando llegaron los sanitarios se encontraba en coma y se procedió al traslado al Hospital de Navarra. La descripción del rotativo «El País» entonces refería que «El joven tiene hundida la parte derecha del cráneo, sufre quemaduras en la mitad de la cara, traumatismo en un ojo, así como paraplejia en la mitad izquierda de su cuerpo».1 Por ello estuvo casi un mes en coma y tuvo importantes secuelas, precisando 459 días para su recuperación pasando repetidamente por el quirófano para reconstruir la fisonomía. Le quedó desfigurada la parte derecha de su cara y una invalidez permanente del 37%
Los que ponen en un mismo plano a los asesinos terroristas con sus 800 víctimas que se sepa, que al Estado por ejemplo con un pelotazo en la cara en una manifestación, quieren un puestico de asesor con en nuevo Gobierno Racista Nazi Vasco.
Yo pongo en el mismo plano a los que dais cobertura a cualquier tipo de violencia injustificada.
Un bote de humo disparado a 5cm en la cara de un chaval de 18 años que está tirado en el suelo es una violencia injustificada con ánimo de causar el mayor daño posible y el estado, jueces y demás demócratas de toda la vida lo han estado justificando cuando no ocultando.
Y no es que lo diga yo, que también, lo dice la justicia europea.
Y como este suceso, a cientos.
Si, pero 800 asesinatos con tiro en la nuca y bombas lapa te parecen guachipiruli todo sea por la nación pura vasca y el marxismo recalcitrante.
Ya me dirás que se defendía en esa manifestación, y si estaba legalmente convocada o era una algarada nazi.