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Hace poco menos de un mes, en NC concluíamos que para entender por qué ha fracasado la reforma fiscal de Nabai, Bildu, PSN e IU, había que ir al cine. Con ocasión de la V Fiesta del Cine, las entradas se ofrecían a 2,9 euros cuando su precio habitual es de 7. El resultado no fue que los ingresos cayeran a la mitad, sino que las ventas de entradas se dispararon entre un 450% y un 750%.
Aunque ya advertíamos que esto no se puede trasladar tal cual al caso de los impuestos, sí que existe una cierta lógica común en el hecho de que no por subir los precios se gana más ni tampoco se recauda más por subir los impuestos. Y ya puestos incluso nos atreveríamos a decir que tampoco por facilitar el despido aumenta el paro, por ejemplo.
¿Y todo esto por qué lo recordamos ahora?
Pues resulta que para explicarlo, en vez de a NC, podríamos acudir al blog de Juan Carlos Longás, el candidato de Bildu en la famosa moción de censura fallida contra Barcina el pasado mes de abril. Al parecer, los llamativos resultados de bajar el precio de las entradas también han llamado la atención del profesor de Economía de la UPNA:
“Uno de los primeros conceptos que se suelen estudiar en los cursos de introducción a la economía es el de elasticidad. Se refiere a la sensibilidad de una variable ante variaciones de otra, a la intensidad de su respuesta. La acepción más utilizada es la elasticidad precio de la demanda, que nos mide la sensibilidad de la cantidad demandada al variar el precio. En su versión mas simple, corresponde al cociente entre la variación porcentual de la cantidad demandada y la variación porcentual del precio (ver figura).
Puede parecer algo abstracto, pero tiene muchas aplicaciones prácticas. Ya sabemos que si sube el precio baja la demanda, y si baja el precio sube la demanda. Pero la cuestión es en qué cuantía lo hace, porque ello incide en los ingresos. Por ejemplo, si sube el precio un 10% y la demanda baja en un 5%, los ingresos de la empresa aumentarán. Pero si baja un 15%, se reducirán. En el primer caso es racional incrementar precios; en el segundo, no necesariamente.
Viene esto a cuento de lo ocurrido con los cines. Entre el 21 y el 23 de octubre, hubo un acuerdo general para cobrar las entradas a 2,90 euros. En muchas ciudades se formaron grandes colas para comprarlas. Algunas empresas se plantean continuar con esa política. Veamos algunos datos.
En esos tres días se vendieron 1.573.412 entradas, lo que hace un total de 4.562.895 euros de ingresos. La semana anterior en esos mismos días (lunes a miércoles) se habían vendido siete veces menos, esto es, unas 225.000 entradas. Calculando un precio medio de 8 euros, los ingresos totales fueron de, aproximadamente, 1.800.000 euros (es cierto que el precio varía, pero la mayor afluencia se produce en ciudades grandes y el precio anda por ahí).
Al ser la demanda elástica, como por otra parte es de prever, una reducción de precios hace que la demanda aumente en mayor cuantía y, por tanto, los ingresos se incrementen. Teniendo en cuenta que los costes no varían mucho en función de que la sala esté o no llena y de que otros ingresos también aumentan con la mayor afluencia de público (bar, tienda), la conclusión es bastante obvia.
Por supuesto, habrá que ver si el pico de demanda de esos tres días fue puntual o se podría mantener en el tiempo, porque de ser así significa que la política de precios elevados es miope. Y, evidentemente, si a 2,90 euros la entrada y con esas ventas el negocio no es rentable, mucho menos lo será a 8 euros».
En realidad, aunque no es exactamente lo mismo, parecido principio podría aplicarse para entender el funcionamiento de la Curva de Laffer. Hay un punto a partir del cual subir los impuestos no aumenta, sino que disminuye la recaudación. O lo que es lo mismo: hay un punto por debajo del cual bajar impuestos no reduce, sino que aumenta la recaudación. Juzguen ustedes mismos en qué punto estamos.
Lamentablemente, Longás sólo acepta la premisa cuando hablamos de cine. Por el contrario, desde el escaño se dedica a subir impuestos y pedir más gasto público. Lo cual nos deja menos dinero en el bolsillo para ir al cine, por cierto. O para muchas otras cosas. Lo que enfría la economía, aumenta el paro y hace caer la recaudación.
Lo dicho: nos hemos perdido un empresario de cine con el que podríamos ver películas por mucho menos dinero. En cambio, lo que tenemos es un político malote, dedicado a insultar a la AVT y a equiparar que el Ayuntamiento ponga una imagen de San Fermín a que un pirado le tire una piedra. Todos hemos salido perdiendo.
http://juancarloslongas.blogspot.com.es/2013/11/el-precio-del-cine-y-la-teoria-economica.html
5 respuestas
Conociéndole les aseguro que no hemos perdido a un Santiago Segura ni a un Amenábar. Tal vez a un émulo enloquecido de Almodóvar, o a un cómico de tercera y en provincias. Este chico lo que quiere ser es el Wyoming II, pero con mucha menos gracia y peores maneras…aún.
Y además sabemos que sabe de economía, por lo que mentir sobre Impuestos, ocultando la Curva de Laffer, tiene doble delito. Que penica.
Nuestros prejuicios nos obcecan, nos impiden defender opiniones objetivas, adoptar posturas neutrales, no ser arrogantes en la victoria y aprender de la derrota. En fin, sólo son nuestras miserias humanas, con las que tenemos que convivir diariamente. Ni más ni menos que lo que le ocurre a este caballero, que por mucho que sea un insigne profesor universitario, e incluso brillante investigador, en el campo de la política no puede librarse de sus propias miserias y no deja de ser un mastuerzo cegado por las orejeras de sus prejuicios.
Ciudadano y Teranleto:
creo que la explicación es más simple. Longás puede que sea un buen economista o investigador (cosa que desconozco)pero él cree que no es todavía lo suficiente para su persona. Longás quiere ser de la «Cuadrilla del Phaeton». Lo de ser profesor…ya lo tiene muy visto, quiere trepar un poquito más. Quiere pisar moqueta.
¿Conocen el principio de Peter? Pues eso hay que aplicar al amigo Longás en su faceta política.
Por cierto, era lamentable cómo en algunas de sus clases se dedicaba a hablar simplemente de política, repartiendo fotocopias del Noticias cómo material de texto. Así que eso de insigne profesor universitario…vamos a dejarlo, please.
Hay cosas mediáticas de algunos personajes como Longás, que lo único que pueden hacer es brillar en el mundo del circo, el teatro y las variedades.
Estimado Sancho el Fuerte, muchas gracias por sus acotaciones. Aunque pudiera impartir sus clases magistrales con material de cierto medio, estoy dispuesto a concederle el beneficio de la duda y a creer que no necesariamente adoctrinaba, formaba acólitos o conmilitones. Sólo pretendía ser generoso en su derrota.