Hace escasas fechas Navarra era la campeona de España en contagios de coronavirus, siendo España a su vez poco menos que campeona del mundo. Por supuesto habíamos superado a Madrid, comunidad demonizada sistemáticamente por los medios de progreso. El problema es que si Ayuso lo estaba haciendo tan mal y nosotros tan bien, ¿cómo es que nuestros resultados eran peores que los de Madrid?
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El Gobierno de Navarra lanzó entonces a sus portavoces a proclamar como un suceso excepcional el número de test que estaba realizando la Comunidad Foral. Teníamos más contagios porque hacíamos más test. Aquí no quedaba ningún contagiado sin diagnosticar. Si Navarra fuera un país, nos decían exagerando un poco, sería el país que más test hacía del mundo.
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Todo el discurso oficial anterior, sin embargo, contrasta bastante con el discurso oficial actual. Ahora que tras todas las restricciones impuestas están empezando a bajar los contagios, también baja apreciablemente el número de test realizados.
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Es decir, hace unas semanas se nos decía que había más contagios porque se hacían mas test, y ahora se nos dice que se hacen menos test porque hay menos contagios. Salta a la vista que el discurso es totalmente contradictorio. De seguir creyendo el anterior discurso del gobierno, habría que pensar que la situación no está mejorando, sino que se están haciendo menos test.
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Como es lógico, dado que no se ha procedido a realizar pruebas masivas y sistemáticas entre la población, el número de contagios tiene mucho que ver con el de test realizados. Cuando una persona contacta con el sistema sanitario al empezar a presentar síntomas, se rastrea a los contactos realizando entre ellos las pruebas. Hace unas semanas nos mentían al decir que había más contagios porque se hacían más pruebas, cuando era todo lo contrario. Al haber más contagios y más infectados, se hacían más rastreos entre sus contactos y por tanto más pruebas. Ahora que hay menos infectados se hacen menos pruebas demostrándose que antes, cuando los datos eran malos, nos estaban engañando. Por lo demás es evidente que no era simplemente que hiciéramos muchos test sino que las cifras de contagio eran realmente malas, como han puesto en evidencia las posteriores cifras de fallecimientos y ocupación UCI así como las restricciones y confinamientos que se han hecho necesarios. No era el único engaño al que fuimos sometidos respecto al número de pruebas.
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Si teníamos en cuenta el número de pruebas realizadas en relación al total de la población, efectivamente Navarra ostentaba un número destacado, tanto en relación con el resto de comunidades españolas como con los países de nuestro entorno, pero la comparación entrañaba una cierta falsificación de los hechos. Cuando el gobierno foral presumía de los test que realizaba, efectivamente a primera vista parecía que Navarra estaba haciendo, proporcionalmente, más test que Alemania, pero matizábamos que en Alemania se habían hecho 19 millones de test por 366.000 contagiados, lo que suponía hacer 51 test por contagiado, mientras que en Navarra se habían hecho 286.000 test a 24.312 contagiados, lo que significaba sólo 11,7 test por contagiado. La verdad, una vez más, es que hacíamos más test porque había más contagios. La buena noticia es que ahora las cosas realmente van un poco mejor, la mala es que incluso en un asunto tan serio como éste el gobierno foral siempre mantiene una relación equívoca con la verdad.
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