Navarra destruyó empleo en 2019 por primera vez desde la crisis

Ya ni el Diario de Noticias disimula demasiado los malos datos de empleo. Según los datos recién publicados de paro registrado, Navarra destruyó 2.923 empleos en enero y encadena cuatro meses de seguidos de aumento del paro.

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Un año en blanco para la creación de empleo en Navarra

Si nos molestamos en comparar el dato de enero de 2020 con el de enero de 2019, nos encontramos con que los 33.872 parados de este mes de enero son 293 más que los de enero de 2019. Es decir, que en 2019 se ha destruido empleo en Navarra y que además es la primera vez que esto sucede desde el final de la crisis y el comienzo de la recuperación, en 2014, por cierto antes de que llegara el cuatripartito al gobierno.

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Los datos a escala nacional no son mucho mejores aunque en el conjunto de España sí se creó algo de empleo en 2019, aunque el número de parados sólo se redujera en 32.000 personas.

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Tampoco se puede decir que ya en 2018 los datos resultaran demasiado halagüeños. En todo 2018 Navarra sólo consiguió reducir en 3.078 personas el número de parados y España en sólo 191.000, los datos contrastan apreciablemente con los 390.000 desempleados menos de 2017 o los 375.000 de 2016. ¿Qué ha pasado desde 2016-2017 para que se haya ido congelando la creación de empleo en Navarra y en el conjunto del país?

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Si repasamos lo sucedido en España durante los últimos 2-3 años, en realidad no resulta difícil encontrar la hemeroteca plagada de acontecimientos traumáticos desde el punto de vista político, empezando por el referéndum-pucherazo ilegal en Cataluña, la declaración unilateral de independencia, la aplicación del 155… a lo que habría que sumar la moción de censura del PSOE, investiduras fallidas, repeticiones electorales… hasta llegar al actual gobierno de socialistas-chavistas y separatistas. Observando lo sucedido en estos últimos tiempos no es que no podamos sorprendernos de que la creación de empleo se haya ralentizado, sino que lo sorprendente es que aún sigamos creciendo y creando algo de empleo, lo que dice bastante de la fortaleza de la economía española y de la fuerza de la recuperación económica a nivel internacional de la que hemos disfrutado, incluso seguimos aún disfrutando. En Navarra, por nuestra parte, hemos aprovechado la foralidad para crear un infierno fiscal y tener el impuesto de sociedades más alto de España. ¿Tan extraño resulta que ya no generemos empleo?

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A todo lo anterior podríamos añadir que el estancamiento en la creación de empleo en 2019 coincide casualmente con el incremento del 22,3% del salario mínimo, una medida que múltiples observadores coincidieron en señalar que podía afectar negativamente al empleo, cosa por otro lado de sentido común.

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Cualquiera puede darse cuenta de que si sólo un 20% de los españoles cobran más de 4.000 euros al mes y decretamos un salario mínimo de 4.000 euros al mes, seguramente estamos mandando al paro al 80% de los españoles. Si decretamos un salario mínimo de 100.000 euros al mes, mandamos al paro el 100% de los españoles.

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Cualquiera puede darse cuenta también de que si multiplicamos por diez los salarios por decreto, seguramente multiplicaremos también por diez la inflación. En nuestro habitual ejemplo de una isla en la que hay 10 monedas y 10 cocos, multiplicar por 10 el número de monedas sólo serviría para que los cocos pasaran a costar 10 monedas en vez de una. La riqueza no se multiplica multiplicando el número de monedas, sino el de cocos.

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Esta muy bien ser más o menos consciente de todas estas cosas a través de la reflexión, pero tampoco está mal ver que hay principios de sentido común que cuando se transgreden producen consecuencias en el mundo real. Lamentablemente, hace algunos años que en España estamos jugando a reventar la estabilidad política y económica lo que invita a que no seamos demasiado optimistas de cara a las consecuencias económicas futuras. Y lo que es peor, ahora que el gobierno del país es un auténtico gazpacho de radicales, los auténticos disparates desde el poder es posible que apenas acaben de empezar. Además da la impresión de que los actuales dirigentes, por su sectarismo y soberbia, tienen mucha más capacidad para meter la coleta que para rectificar.

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