Todo eso de salir al balcón a aplaudir a los médicos de la sanidad pública estaba muy bien, pero la gente volvía a entrar al interior y se hacía un seguro en la sanidad privada. Al parecer mucha gente no pone su salud donde pone su boca o su cacerola. El número de pólizas sanitarias privadas se encuentra en máximos históricos y desde luego Navarra es confirmación de la tendencia mucho más que excepción. Si bien los datos corresponden a 2020, y aunque 2021 probablemente habrá confirmado la tendencia, lo cierto sin embargo es que el proceso viene de lejos.
X
x
El último informe de Institución Futuro analiza la evolución de los seguros médicos privados en Navarra arrojando algunos resultados de lo más significativos. Para empezar, Navarra es una de las regiones con menor tasa de seguros médicos privados. En principio esto sería una muestra de la confianza en la sanidad pública, por lo que el seguro privado resultaría innecesario. Alguien podría pensar que los seguros privados florecen a costa de la escasa inversión en la sanidad pública pero esta afirmación tropieza con el hecho de que, por ejemplo en el País Vasco, la comunidad con más gasto público sanitario por habitante, sea también una de las que ostenta un porcentaje más elevado de seguros privados. Por otro lado, también podría pensarse que no es que en las comunidades en las que hay menos gasto público sanitario hagan falta más seguros privados, sino que en las comunidades en las que hay más seguros privados hace falta menos gasto público sanitario.
X
x
El caso es que, como decíamos, el constante aumento de los seguros privados en Navarra no es un suceso característico de la pandemia sino bastante anterior a ella. Es más, si buscamos un detonante habría que retroceder hasta el año 2015, el cambio de gobierno y la llegada al poder de los archidefensores de lo público. Por el contrario, si admitimos el principio de que la gente recurre a la sanidad privada cuando empieza a desconfiar de la calidad de la pública, lo que entonces observamos es un deterioro de la calidad de la sanidad pública desde la llegada de los adoradores de lo público al gobierno. Un deterioro, insistamos en ello, muy significativo y muy anterior a la pandemia, por lo que tampoco esta puede servir como excusa.
X
x
Como conclusión de todas estas gráficas, por lo menos como una de las conclusiones más políticamente incorrectas, podríamos decir que los gobiernos de progreso son un buen negocio para las aseguradoras privadas, que la sanidad pública resulta menos atractiva cuantos más años se prolongan los gobiernos de progreso, que se puede producir una cuasi-privatización de la sanidad por la vía de los hechos, aunque gobierne la extrema izquierda (o quizá por ello), consecuencia de que una parte importante de la población se pase a la sanidad privada, que de este modo podría demostrarse que la sanidad pública no es absolutamente imprescindible sino como mucho complementaria, y que si Chivite sigue mucho tiempo con Bildu en el poder, ironías de la vida, la vituperada clínica del Opus se puede hacer por elección popular con la mayor parte de la atención sanitaria en Navarra. Desde luego todos los médicos y personal sanitario merecen nuestro agradecimiento por su labor y dedicación, con y sin pandemia, aunque especialmente con la pandemia. Pero todos en general; los de la sanidad privada, aunque siempre se les excluya, también.
X
x