Como todo el mundo sabe, con los impuestos pagamos aeropuertos fantasma, trenes en los que no viaja nadie, estaciones vacías, decenas y decenas de televisiones públicas o subvencionadas en pérdidas, embajadas autonómicas, sueldos para que los funcionarios cobren más que el sector privado, el Senado, los clubes de fútbol, empresas y sociedades públicas de toda índole en las que colocar o los amiguetes, casas de cultura en las que impartir o recibir cursos de alfarería y danza del vientre…
No obstante, sería muy poco popular crear un impuesto y llamarlo “impuesto del Circuito de Los Arcos”.
No infravaloremos a nuestros políticos.
Cuando necesitan pagar un curso de taichí, una estación pública de esquí, un instituto de la juventud o de la igualdad, una obra de teatro insultando al Papa, o cualquier otro servicio público similarmente esencial, saben que es mucho más chulo llamarlo “céntimo sanitario”, “ecotasa” o “impuesto medioambiental”.
El nuevo impuesto verde de Montoro
El gobierno popular acaba de anunciar la creación de un nuevo impuesto sobre los gases fluorados de efecto invernadero (aerosoles y aires acondicionados) para recaudar 340 millones de euros en una año. Como no puede ser menos, se nos ocurren un par de reflexiones al respecto:
– Es muy difícil que ningún gobierno cuestiones el supuesto calentamiento global y lo defienda a ultranza si es una creencia en virtud de la cual puede subirnos los impuestos sin que protestemos.
– Si el gobierno ya sólo gastara dinero en Educación o Sanidad y ya hubiera cerrado todas las televisiones públicas, podríamos creernos que existen impuestos verdes o sanitarios. De momento, por tanto, para lo que sirven es para financiar partidos, fundaciones y sindicatos, por ejemplo.
Pero hay más. Como recuerda Antón Uriarte en su blog, la mayor parte de los gases refrigerantes de los aparatos domésticos que ahora se van a tasar fueron los que sustituyeron a los prohibidos CFC’s, con la excusa entonces de salvaguardar el ozono estratosférico. Resulta que estos gases fluorados sustitutivos, que no contienen cloro, tienen un supuesto potencial de calentamiento mucho mayor. Según la Comisión Europea, una molécula de estos gases, el más importante de los cuales es el HFC, tiene un potencial de calentamiento 23.000 veces mayor que una molécula de CO2.
En definitiva, el único efecto probado de todos estos impuestos es el de masacrar un poco más todavía nuestra economía particular.
2 respuestas
En lo que vivimos no es en un sistema de impuestos altos, sino, directamente, en el pillaje fiscal. Estamos en el socialismo de todos los partidos que denunció Hayeck, en el que la bestia pública devora cuanto pilla y aún sale a por mas. Pero me parece que es lógico que hayamos acabado así, porque es el corolario de una sociedad infantilizada. En el concreto caso de Navarra, se ha pasado de que la gente sea trabajadora, al menos lo necesario para sacarse las castañas del fuego, a una sociedad mendiga y paniaguada, conviertiendo a la diputación en una vaca de miles de tetas, que por fuerza ha de comer si tiene que dar leche.
De acuerdo con El Liberal Navarro; hay que hacer una cura de desintoxicación de socialismo antes de que nos vayamos por el garete. Los mal llamados recortes son un parche temporal, donde de verdad malgastamos el dinero es en la duplicidades de la administración, con las empresas públicas creadas para dar rienda suelta a los latisueldos, con las subvenciones a grupitos de presión de todo tipo y tamaños, y con los presupuestos incrementales y no por proyectos como debiera ser para no alimentar la glotonería política y funcionarial.
Ahora parece que estamos en el punto de «a la fuerza ahorcan». A ver si es verdad y le ponen coto al malgasto público, aunque ya sabemos que PSOE e IU hasta hundir el país no van a parar. Pero hay otros partidos…