Contra el discurso de que todo UPN respalda como un solo hombre a Esparza, el líder del partido y su equipo se dieron ayer un pequeño baño de realidad en Tudela. Y eso que la reunión era con afilados. Entre los votantes, seguramente todo sería todavía más complicado.
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El caso es que Esparza, Maya y Yolanda Ibáñez, la secretaria general del UPN, acudieron a una reunión con militantes a la capital de la Ribera a explicar la inmaculada postura de la dirección del partido y la incalificable deslealtad de Sayas y Adanero. A la reunión acudieron alrededor de un centenar de militantes. Aunque había quien respaldaba a la dirección, la división de opiniones era evidente, tanto en el fondo como en las formas. Además de quienes intervinieron para reafirmar que se sentían representados por Adanero y Sayas y que respaldaban su decisión, o quienes pensaban que la dirección de UPN había fallado con sus diputados como poco en la comunicación, no faltó tampoco quien en todo caso reprochaba que a Sayas y Adanero se les tratara en este momento de apestados y traidores pese a su decisión. Vendas sí, hachas no.
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A pesar de las diferencias las cosas transcurrían por unos cauces más o menos sensatos hasta que en un momento dado Yolanda Ibáñez, la secretaria general y encargada de hablar con los diputados, tuvo la ocurrencia de sentir cuestionado si Sayas y Adanero no habrían despreciado su orden de apoyar la reforma por ser mujer. En ese momento se produjo entre los presentes hasta un abucheo a la secretaria general, lo que le dio a doña Yolanda una segunda oportunidad para reformular su afirmación que no dudó en desaprovechar. Por el contrario, se reafirmó: “no encuentro otra explicación si no es por ser mujer”, refleja Diario de Navarra en la crónica de hoy. Cuestión distinta es que de esta gestión probablemente se tendría que haber ocupado personalmente Esparza. No por ser hombre, sino por ser el jefe. Hay cosas que tiene que hacer el jefe. O la jefa.
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O sea, que tanto darle vueltas a las razones profundas de todo lo sucedido y resulta que si Sayas y Adanero votaron que NO a lo mejor fue porque la orden de votar SÍ se la dio una mujer. Si Yolanda Ibañez les hubiera dicho que votaran que NO, ellos hubieran votado que SÍ. Yolanda Ibáñez recurrió por tanto a un argumento digno de alguna colaboradora de tercer nivel del Ministerio de Igualdad. Esto, más allá de que Adanero y Sayas estén fuera de toda duda a este respecto, en un partido en el que fue presidenta Yolanda Barcina, y sabiendo todo el mundo que en la derecha, al menos hasta ahora, no hay cuotas y que las mujeres que hay están ahí porque lo valen. No hay más que comparar las políticas de la derecha con las de la izquierda. El equipo de Esparza, aparte de volver a liarla, no pudo haber recurrido a un argumento peor para defender su posición. Aunque vistas las circunstancias que vamos sabiendo a lo mejor tampoco podían haber recurrido a uno mejor.
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ESPARZA E IBAÑEZ DIMISIÓN