Somos conscientes de que no es 28 de diciembre todavía, por tanto no se trata de una broma ni de un malentendido. Por el contrario, es un hecho publicado ya oficialmente que los españoles pagaremos con nuestros impuestos 35.000 euros por una foto de Zapatero.
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Como puede apreciarse, el afortunado es un fotógrafo llamado Pierre Gonnord al que parece que se le ha adelantado dos meses la Lotería de Navidad. La memoria justificativa del encargo señala algunos extremos interesantes, como que la designación del fotógrafo la ha llevado a cabo el propio Zapatero, porque es la “costumbre” en los presidentes salientes, y que al ser un acto personalísimo no ha existido ningún tipo de concurso o comparativa de ofertas y precios. La foto se sumará a la galería existente de fotos y cuadros del edificio del Consejo de Ministros, en el complejo del Palacio de la Moncloa.
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Según parece, todos los expresidentes han tenido o tendrán su foto o retrato. Según se puede explorar en las redes, Felipe González y Aznar encargaron sus respectivos retratos a un pintor llamado Hernán Cortés Moreno, el cual cobró 69.600 euros por el primer retrato y 82.600 por el segundo. Otros datos que pueblan la hemeroteca son que la fotógrafa Cristina García Rodero cobró 24.780 euros por la foto del ex presidente del Congreso Manuel Marín, que el retrato de Bono costó 82.600 euros o que Alvarez Cascos pretendió que se pagaran 194.700 euros por su retrato, el cual fallecidos Goya y Velázquez quería encargar como tercera opción al pintor Antonio López. A lo mejor 194.000 euros por un cuadro de Antonio López es hasta barato, y probablemente el pintor habría hecho una obra de arte, pero una que no tenemos por qué pagar entre todos, ni con ese motivo, ni en relación a tal personaje, ni que le quitara tiempo a Antonio López para otras obras de arte probablemente más interesantes.
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En todo esto resplandece la evidencia de lo generosos que son nuestros políticos con el dinero de sus vasallos, cosa que por lo visto no ha cambiado mucho desde los tiempos de Fernando VII. En algún momento parece que el precio de los cuadros adquirió tal cuantía que empezó a trascender a los medios y resultar escandaloso, pero nuestros prebostes encontraron la manera de que las fotos nos costaran casi tanto como los cuadros.
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El astronómico precio de la foto de Zapatero vuelve a poner sobre el tapete este asunto de la falta de respeto de nuestros dirigentes por el esfuerzo que nos cuesta a los españoles pagar los impuestos. ¿Alguno de estos ilustres timoneles, muchos de ellos de infausto recuerdo, pagarían de su bolsillo 35.000 euros por una foto? ¿Cuánto cobra un fotógrafo profesional normal por un retrato? En el mundo privado, ¿alguien paga esas sumas por un retrato fotográfico? ¿Cuántos fotógrafos profesionales en España podrían haber hecho una foto de Zapatero por 5.000 euros, pongamos por caso? ¿Habría alguna diferencia sustancial con la foto de 35.000 euros? ¿Una diferencia sustancial que tengamos que pagar los contribuyentes o que tenga sentido para fotografiar a Zapatero? Y si en esto no miran el dinero, ¿acaso lo miran en el resto de cosas? Suponemos que a las fotos artísticas se les pone un nombre, en el caso del retrato de Zapatero podría ser “el hombre que dejó a España quebrada”, lo cual casaría además bastante bien con el despropósito de toda esta historia de la foto. Desde luego resulta bastante contenible el entusiasmo por pagar 35.000 euros por una foto de zetapé, pero daría lo mismo cualquier otro personaje. No merece la pena recordar a los políticos que malgastan con este desprecio nuestro dinero.
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