Imaz defendió este concepto para desarrollar políticas conjuntas en materia de identidad lingüística y cultural, turismo, infraestructuras, medio ambiente y ordenación del desarrollo y colaboración institucional. Repitió por tanto los mismos argumentos utilizados para justificar la creación de un órgano común con Navarra, pero esta vez para la creación un órgano común permanente de carácter transnacional.