Si el Noticias dice que viene curva, parece bastante claro que no es por animadversión al gobierno de progreso sino porque realmente ve que viene una curva. Una curva que el diario concreta en una caída de la recaudación foral de entre 200 y 400 millones de euros en virtud de las estimaciones que se están barajando. El hundimiento de la recaudación al que nos enfrentamos viene avalado también en el artículo del Noticias por Juan Carlos Longás, economista escasamente sospechoso asimismo de antipatizar con los gobiernos de progreso. Es decir, hablamos de un diagnóstico que indudablemente no se basa en la antipatía al gobierno.
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Merece la pena detenerse un poco en las reflexiones de Longás porque, al hilo de cuestiones como el enorme endeudamiento con el que ahora afrontamos la nueva crisis (mucho mayor que el del inicio de la crisis anterior), dice cosas como que, a veces, desde el ámbito de la izquierda «se pide gastar más cuando las cosas van mal», lo cual -dice- suele ser necesario, «pero también gastar más cuando las cosas van bien«, lo que puede resultar imprudente y restar margen para afrontar una crisis.
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Longás también apunta un dato bien conocido respecto a los descensos de la recaudación fiscal en tiempos de crisis como que «los ingresos siempre reaccionan con más intensidad que el PIB». Es decir, que si la economía se contrae un 5%, el descenso de la recaudación será apreciablemente mayor que un 5%, al menos si los ingresos fiscales se comportan como lo vienen haciendo históricamente. El Noticias, por ejemplo, señala que Navarra perdió el 20% de sus ingresos entre 2007 y 2010 cuando la caída acumulada del PIB apenas llegó al 5%.
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No es que haga falta que el Noticias indique todo esto para que resulte bastante evidente, pero hay personas que se niegan a aceptar las evidencias dependiendo de quiénes se las muestren. En este momento, por consiguiente, nadie puede negar la evidencia del hundimiento recaudatorio que se nos viene encima porque tiene un amplio rango de mensajeros para elegir el que prefiera y le muestre las mismas evidencias.
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La cuestión que hay que preguntarse ahora es por qué el Gobierno de Navarra no está haciendo nada respecto al colapso recaudatorio que nos espera. Es decir, a nivel sanitario hemos visto que el gobierno siempre ha ido por detrás de los acontecimientos, sin prever nada, sin preparar nada, diciendo un día que algo era exagerado e innecesario para al día siguiente, tarde, mal y sin existencias, hacerlo obligatorio. Es por eso que somos campeones del mundo en contagios y muertos. Pues bien, parece bastante obvio que los mismos errores cometidos a nivel sanitario se están cometiendo a nivel económico. Aunque es evidente el problema que se nos viene encima, el gobierno todavía no hace nada para minimizar el impacto.
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Si mañana van a faltar 200, tal vez 400 millones, quizá más, para pagar las cosas esenciales, hay que frenar el gasto inmediatamente. Hay que enfrentar recortes ahora mismo. Si mañana te van a faltar 200 millones y ahora te gastas 20, mañana en vez de faltarte 200 te faltarán 220. Si recortas 20, mañana sólo te faltarán 180. Hay que empezar a clasificar ahora mismo el gasto público de más a menos importante para recortar el menos importante, si se quiere salvar lo importante.
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Es una completa irresponsabilidad que a estas alturas el Gobierno de Navarra no haya tomado ninguna medida sólo porque es impopular y porque le ha estado vendiendo a su electorado durante años que los recortes eran una cosa que hacía la derecha porque quería, que no había ninguna relación entre los ingresos y los gastos, y que con la izquierda en el poder sólo habría aumentos del gasto. Sin duda la izquierda tendrá que pagar un precio político por demostrarle a su electorado que todo eso que ha estado diciendo era mentira. La única elección sin embargo que tiene la izquierda es si dejar caer la impostura ahora, cuando el agujero puede ser de 200 ó 400 millones, o esperar unas semanas o meses cuando el agujero sea más grande.
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Tan irresponsable como no tomar ninguna medida es pretender que Europa nos regale el dinero para tapar el agujero sin que el gobierno tenga que afrontar ningún sacrificio. Para empezar habrá que ver si Europa está en situación de rescatarnos, pero aunque lo esté a nadie se le ocurre pensar que nos van a rescatar sin imponernos recortes y condiciones para prestarnos dinero. Es posible que llegados a ese punto la estrategia política del gobierno sea echarle la culpa a Europa por los recortes que nos imponga a cambio de prestarnos dinero, pero en tal caso será evidente que, tratando de salvar su imagen, el gobierno habrá elegido el mal mayor para los españoles y el mal menor para los partidos del gobierno.
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2 respuestas
EL problema de la Navarra amejorada es que se le ven las costuras apenas sopla la brisa, y cuando el aire se huracana directamente se queda en cueros vivos.
Somos una comunidad extensa y relativamente poco poblada. Ya eso encarece mantener servicios esenciales como sanidad , educacion, seguridad… En vez de darnos cuenta, desde bien al principio, de esa realidad, y convertirla en una fortaleza, una sucesion de caciques y de lideres y lideresas sin ninguna visión han ido convirtiendo al gobierno de Navarra en un pulpo de mil patas, con una capacidad casi infinita de crear derechos y necesidades a una poblacion que averguenza comparar con sus bisabuelos, en terminos de capacidad de trabajo y esfuerzo. Si. Lo digo asi. Damos verguenza.
La primera medida para encauzar el destino de Navarra es hacer cirugia en la institución más culpable: El parlamento de Navarra. Debe ser reducido y desprofesionalizado , pero no solo por el ahorro presupuestario, sino porque es el manantial que infecta con su legislacion y ocurrencias toda la vida institucional navarra.
Una vez más, amigo liberal, estoy plenamente de acuerdo con Vd., el diagnóstico no puede ser más acertado. Lo que pasa, otra vez más, es que la puesta en práctica del remedio se muestra esquiva. ¿Quién va a emprender la tarea de reducir el Parlamento?. Ya lo planteó en su momento la Sra. Barcina y la corrieron a boinazos por tierra mar y aire. El coronavirus de la mediocridad está instalado en ambos extremos del Paseo Sarasate y todavía no se ha inventado la vacuna para combatirlo.