¿Es real el número de muertos oficiales por coronavirus en Navarra?

Diario de Navarra publicaba ayer la noticia de que el Registro Civil había contabilizado en marzo 449 defunciones en Navarra frente a las 260 de 2019. El aumento, lógicamente, se achaca al coronavirus. La noticia resulta relevante por sí misma, como reflejo de la mortandad que esta pandemia está dejando también en la Comunidad Foral, por cierto la cuarta más afectada de España en proporción a su población. Sin embargo, la noticia también resulta relevante en medio de la polémica que se está suscitando respecto a si son o no reales las cifras oficiales que se están mostrando respecto a las muertes por el coronavirus.

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Como puede apreciarse, si el número de fallecidos el año pasado en marzo fue de 260 personas y este año ha sido de 449, podría pensarse que el número de fallecidos extraordinarios en marzo sobre las cifras habituales es de 189 personas.

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Por contraste, sin embargo, tenemos que el primer fallecido oficial por coronavirus en Navarra se produjo el 15 de marzo y que, según el parte del gobierno foral de 31 de marzo, se habían producido hasta entonces 113 fallecimientos por el coronavirus. Obviamente existe una notable diferencia entre los 113 fallecidos oficiales por coronavirus y los 189 sobre la cifra de fallecidos en marzo del año pasado. Como mínimo, el dato invita a preguntarse si las cifras oficiales de fallecidos reflejan el número real de muertos por el coronavirus.

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Diario de Navarra aporta otro dato que también resulta interesante en esta reflexión y es el de que ya en febrero se registraron 299 fallecimientos frente a los 266 de febrero del año pasado. Los 33 fallecidos de diferencia entre un año y otro no son tan significativos como los de marzo, pero vuelven a ser una señal de alarma cuestionando el retrato oficial e indicando la necesidad de investigar más. Obviamente la situación en Navarra se inscribe dentro de un contexto general en el que da la impresión que las cifras de fallecidos y contagiados guardan una relación conflictiva y vidriosa con lo que viene siendo la realidad.

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