La administración foral tiene más de 27.000 empleados en plantilla. En consecuencia, cuestionar los niveles retributivos de los empleados públicos implica ganarse la antipatía de 27.000 personas y sus familias. Tal vez por esto ningún medio, y sobre todo ningún partido político ni ningún gobierno lo hace. Salvo que materialmente no tenga dinero en un momento dado para pagarles. El debate sobre este asunto sin embargo no debería ser permanentemente evitado y esto salta a la vista hasta leyendo el Diario de Noticias, que precisamente ayer abordaba este asunto.
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Como resulta previsible, el Noticias comenzaba su análisis expresando los pocos impuestos que pagamos los españoles y lo baja que es nuestra presión fiscal, y lo conveniente que sería subirnos los impuestos para igualarnos a los países europeos con un mayor estado del bienestar. Tal vez podría empezarse por elevarse la presión fiscal al Noticias, pero eso sería otra cuestión. De todos modos no es bueno dejar correr los tópicos que maneja el Noticias o los medios de pseudo-progreso en general porque, para empezar, carecen de la más mínima lógica.
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O sea, no se puede sostener todo el día que los ricos tienen que pagar más impuestos que los pobres para, a renglón seguido, defender que los países pobres tengan la misma presión fiscal que los ricos. Para un alemán, que gana el doble que un español, una presión fiscal del 40% le supone mucho menos esfuerzo fiscal que una presión fiscal de un 35% a un español, que gana la mitad. Pensar que la razón de que los alemanes sean más ricos es que pagan más impuestos es como pensar que uno se hace rico cuando se compra un Rolex, en vez de que se compra un Rolex cuando se hace rico. Si quieren que paguemos impuestos alemanes, que antes nos consigan salarios alemanes. Los alemanes no son más ricos porque tienen un estado del bienestar más fuerte sino que tienen un estado del bienestar más fuerte porque son más ricos.
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Aclarado todo lo anterior, porque nunca está de más refutar los mitos progres que forman parte constante del paisaje, el Noticias ofrece algunos datos interesantes como que el 30% de los Presupuestos de Navarra, 1346 millones, se los comen los gastos de personal. Y que si ahora las nóminas de la administración foral se comen el 30% del Presupuesto, en 2007, antes de la crisis, sólo representaban el 22% del Presupuesto. Otro dato: los gastos de personal han crecido un 26% desde 2012.
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Cuando se nos dice que es muy difícil recortar sustancialmente el gasto público, porque la mayoría se va en Sanidad y Educación, el hecho es que ese gasto no se va en pagar medicinas, equipos médicos o material escolar, sino pagar a los empleados públicos. Y a este respecto interesa recordar la brecha salarial de la que nadie habla nunca y mucho menos propone eliminar, que es la brecha entre lo que cobran los empleados públicos y lo que cobran los empleados del sector privado.
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Parece bastante evidente que si un empleado público cobra más que uno del sector privados, esto tiene al menos un par de efectos perniciosos. Primero que los empleados del sector público cobran más a costa de que los empleados del sector privado cobren menos. Segundo que cuanto más dinero del Presupuesto se dedica a pagar un sobresueldo a los empleados públicos, menos dinero queda para equipos médicos, colegios o carreteras.
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Habría que preguntarse por tanto si pagar a un empleado público 130 por un trabajo que en el sector privado cuesta 100 es gestionar bien el presupuesto. Habría que preguntarse también si para un político existe alguna razón para pagar ese sobresueldo más allá de hacerse popular entre los varios millones de empleados públicos y sus familias.
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Decíamos que hay que bajar los sueldos de los empleados del sector privado para subir los de los empleados del sector público y esto se basa en evidencias tan sencillas como que hay que dejar menos sueldos a los unos, subiéndoles los impuestos, para pagar más a los otros con lo que se recauda de los impuestos. Obviamente todos pagan impuestos pero con algunos matices. Primero que los impuestos de los empleados públicos no bastan para pagar sus sobresueldos, y segundo que hay una diferencia esencial entre el dinero con que pagan sus impuestos los empleados públicos y los privados. El dinero con el que los empleados públicos alimentan los Presupuestos ya viene a su vez de los Presupuestos, no sostiene los Presupuestos.
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Alguien podría pensar que la solución a la brecha salarial entre empleados públicos y privados sería igualar los salarios subiendo los sueldos a los empleados privados, pero esto es no haber entendido la naturaleza del problema. Son los salarios de los empleados públicos los que tienen que amoldarse a la realidad y no la realidad a los salarios de los empleados públicos. Los empleados públicos no generan el nivel de riqueza que reflejan sus salarios. El nivel de los salarios públicos se mantiene y crece a costa de la riqueza que genera el sector privado y de detraer más dinero de los impuestos, y por tanto de los salarios privados, para pagar los salarios públicos. De alguna manera es como una una cena de 10 personas en la que 8 piden hamburguesas y 2 langosta, pero después la cuenta se divide entre 10 a partes iguales. Pues que pidan todos langosta. Ya, pero entonces la cuenta tampoco será la misma. De hecho es probable que esas 10 personas no puedan pagar 10 langostas.
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