El pacifismo extremo justifica la violencia extrema

En el día de ayer, durante la tertulia del programa de 13 TV presentado por Isabel Durán, Más claro agua, tuvo lugar un severo encontronazo entre la ex socialista Beatriz Talegón y la propia Isabel Durán. El enfrentamiento dialéctico tuvo lugar a cuenta de los atentados islamistas en Paris y la represalia aérea de Francia sobre el ISIS en Siria. Para Talegón, toda la violencia yihadista es culpa de las víctimas del yihadismo, que les vuelve tras la guerra de Iraq o tras haber armado a los yihadistas sirios. Dos argumentos que por otra parte no son originales de Talegón, sino de toda la extrema izquierda. En su exaltación expositiva, Talegón venía a decir que todo el mundo tiene las manos manchadas de sangre menos ella, pacifista radical. Básicamente lo mismo que Pablo Iglesias, exbolivariano, excomunista, pacifista radical y centrista sobrevenido. Durán acabó perdiendo la paciencia y expulsándola de la tertulia, convirtiendo a Talegón en una mártir de la libertad de expresión y el pacifismo, de lo que hoy se hacen eco los medios de todo el espectro ideológico.

Lo cierto es que el argumento de Talegón, o el de tantos otros portavoces de la izquierda radical, o es falso o es hipócrita, pero además es muy peligroso.

Atención, argumento peligroso: todo acto violento se autojustifica por una violencia anterior

Para muchas personas de la extrema izquierda, el mero hecho de que se produzca un acto violento evidencia una injusticia previa que lo produce. Esto tiene mucho que ver con el marxismo, el materialismo y el determinismo social. En una sociedad socialista no habría violencia, porque esta es producto de la injusticia, la explotación, la lucha de clases, etc. Por otro lado es una creencia coherente con el determinismo social y la idea de que el individuo no puede actuar libremente, ni siquiera locamente. Es por esto que los actos violentos son prácticamente por definición actos de respuesta que sólo se darían en un mundo imperfecto, por lo que los responsables de los actos violentos no son los propios autores sino los responsables de que el mundo sea imperfecto. Los capitalistas, evidentemente.

En virtud de esta lógica, si Isabel Durán se hubiera levantado y le hubiera estampado un bolsazo en la cara a Beatriz Talegón, la ex socialista tendría que haberse considerado culpable, preguntarse qué actos previos suyos habían llevado a Isabel Durán a pegarle el bolsazo y a continuación pedirle perdón, en vez de tomar ninguna represalia contra Isabel Durán. Es decir, Beatriz Talegón tendría que haberse aplicado a sí misma la teoría que pide que les apliquemos a los islamistas. Como obviamente no lo habría hecho, por eso decimos que sus planteamientos no sólo son falsos sino hipócritas.

Asegurábamos que el pacifismo extremo justifica e incluso promueve la violencia extrema por una sencilla razón. Si no estamos dispuestos a defendernos en absoluto, lo único que tiene que hacer alguien para conseguir lo que quiera es utilizar la violencia, haciéndola rentable y por tanto hasta lógica, aunque obviamente no moral, ¿pero qué hacemos con todas las personas que no son todo el rato morales? El pacifismo absoluto entrega el mundo al belicismo absoluto. Que nadie le oponga resistencia es el escenario ideal para un etarra, un nazi o un islamista.

Obviamente la guerra de Iraq no explica nada salvo en un esquema tan simplista en que la guerra de Iraq lo explique todo. Sin embargo, la guerra de Iraq fue posterior a las Torres Gemelas, Francia estuvo en contra de la guerra de Iraq y la postura occidental en Siria ha sido inicialmente justo la no intervención, intentando evitar la repetición de un escenario fallido como el de Iraq. Ya se ve ahora que la realidad es tan compleja que la no intervención tampoco ha funcionado.

Puestos a buscar responsables con las manos manchadas de sangre, habría que volver al verano de 2013 cuando nos empezó a llegar una avalancha de vídeos e imágenes de Siria en las que los cristianos eran masacrados por los islamistas, los opositores a la dictadura siria por el ejército de Bashar al-Asad y el resto de la población civil por todos los bandos en general. En aquel momento las opciones eran no hacer nada y mancharse las manos de sangre por no hacer nada. O intervenir y mancharse las manos de sangre interviniendo. O no intervenir pero apoyar con material a las facciones supuestamente menos malas que participaban en el conflicto, manchándonos también las manos de sangre al hacerlo.

Obviamente no había ninguna opción que no implicara mancharse las manos incluyendo la que fuera que tuviese Talegón. Porque es muy bonito decir no a la guerra y mirar para otro lado, pero la gente moría masacrada en Siria mientras Talegón y los del no a la guerra miraban para otro lado. El resultado de no intervenir directamente fue que el ISIS se hizo con el control de media Siria y que las costas europeas en el Mediterráneo se han llenado de refugiados. Lo curioso es que los más indignados ahora encima son los que defendieron no intervenir y mirar para otro lado. Ya decíamos que la doctrina Talegón era falsa o hipócrita, cuando no las dos cosas.

El «estupendismo» de los del no a la guerra

Cuando las consecuencias de no haber intervenido se han hecho inasumibles porque el ISIS amenaza con tragarse Siria y las playas se han llenado de cadáveres de niños, ha habido que intervenir paliativamente siquiera desde el aire, y entonces han llegado los atentados de París.

Pero tampoco lo de París ha llegado sin más después de que la intervención occidental se recrudeciera en Siria, ya que en enero se produjo el atentado contra Charlie Hebdo o la toma de rehenes en un supermercado. Y antes había habido diversos episodios incluyendo atropellos y apuñalamientos. Todo ello sin olvidar el mapa de conflictos del islamismo, que incluye todos los demás países del mundo que no son islámicos, y sólo mencionando que, seguramente para pasmo de Talegón, hasta los islamistas se matan entre ellos.

Si alguien quiere justificar la violencia del terrorismo islámico tendría que remontarse hasta Caín, asumiendo que Abel era un occidental que le oprimía. Para todos los demás que no buscan votos, ni demagogia electoral, sino intentar hacer lo más adecuado y tratar resolver el problema, lo malo es que no hay ninguna solución evidentemente buena y definitiva o que no implique, por acción u omisión, ensuciarse las manos. Por lo demás, todos estamos de acuerdo en que la guerra es horrible, que no la queremos y que es el último recurso de la inteligencia. Desafortunadamente el mundo siempre ha estado lleno de tontos armados.

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4 respuestas

  1. El socialismo es una ideología infantil, del tamaño de los que creen que el dinero nace en los árboles, o que se puede llegar a la luna metiéndose en un cubo y tirando del asa….incluso del típico «cuando yo sea mayor que tú…».
    Pero es que esta gente llega a estar en el poder, y su infinito sectarismo e ignorancia, cuyos recuerdos historicohistéricos llegan hasta hace 4 telediarios, hace que resulten extremadamente peligrosos.
    No sería capaces de llegar a pensar que igual lo de Irak, la Reconquista o las Cruzadas sean la respuesta de las víctimas del propio Islam, que arrasó a sangre y fuego desde la propia Arabia, antes pagana, politeista y cristiana, hasta Asia, y hasta Europa, conquistando y destruyendo, profanando catedrales para convertirlas en mezquitas como Santa Sofía, o derrumbando las anteriores para aprovechar las piedras como Córdoba, bombardeando Viena, secuestrando cientos de miles de personas desde Europa a África y Asia, invadiendo todo aquello que quedaba a su alcance, de una religión totalitaria y predatoria…que es en lo que se parece al socialismo. Por eso les mola tanto.
    Ya los admiraba Hitler, «si la raza aria hubiera sido mahometana…», y babeaba el muy hijo de satanás.

  2. Las posiciones progre-buenistas típicas de la izquierda están llenas de flagrantes contradicciones, pero éstas les son absolutamente indiferentes, les da lo mismo, porque las asumen alegremente, viven con su conciencia tranquila porque se creen moralmente superiores y super majo-buenos, no como esos fachas-cristiano-capitalistas. Son así de simples. Y a otra cosa.

  3. Parece ser que Francia teme ataques con armas químicas y/o bacteriológicas. ¿Deberá esperar antes de actuar a que la izquierda dialogue con los terroristas? ¿Quién se ofrece voluntario para dialogar: Beatriz Talegón, Manuela Carmena?

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