Estos días pasados ha tenido lugar el Festival de Cine de San Sebastián, respecto al que el cine, por cierto, parece ya lo más ajeno a la propia celebración del festival.
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El Noticias, por ejemplo, lo que viene a destacar más significativamente es que la actriz Jessica Chastain, ganadora de una concha de plata, es feminista y tiene ascendencia vasco-navarra, pero reniega de ella:
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En realidad y para ser precisos de quien reniega la actriz es de su padre biológico, que abandonó a su madre y a sus hermanas, pero como quien no quiere la cosa ya estamos metidos en la vorágine de que es medio vasca, feminista y concha de plata.
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Otros titulares del Festival de Cine de San Sebastián refieren que las mujeres han arrasado en esta edición llevándose casi todos los premios en liza y que la galardonada como mejor película es una historia sobre la violencia machista.
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Las mujeres arrasan en San Sebastián https://t.co/Z7UuXkcRWs
— El Diario Vasco (@diariovasco) September 25, 2021
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Efectivamente, observando la lista de los premiados se observa no sólo la predominancia del género femenino sino la naturaleza militante de buena parte de las películas. Por supuesto no podía faltar entre las películas premiadas “Maixabel”, la película sobre etarras arrepentidos y entendimiento que, ahora que se blanquea a la izquierda abertzale para poder pactar con ella, nos quieren hacer pasar como el retrato de todos los presos de ETA, tanto que los presos de ETA están teniendo que hacer un sobreesfuerzo importante para desmarcarse de la película.
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La pregunta a la vista de todas estas noticias es qué se premia ahora en un festival de cine, si la película, el género o la militancia. Que también es un poco una prolongación de la pregunta respecto a qué se subvenciona, si la película, el género o la militancia. ¿Qué probabilidades tendría de recibir una subvención, ser filmada y recibir un premio una película sobre los crímenes de la izquierda en la Guerra Civil, por ejemplo? O una película militante a favor del capitalismo, la propiedad privada y el libre mercado. O que ofreciera una perspectiva positiva del catolicismo. Interesa saber todo esto porque si usted quiere recibir premios y subvenciones debe saber sobre lo que puede hablar y sobre lo que no, o si tiene que cambiarse de sexo. Aquí solemos entender que igualdad no es llegar a un punto en el que hombres y mujeres tengan iguales oportunidades, sino tras una época en la que sólo se premiaba a hombres, o eso se supone, ahora sólo se premie a mujeres. O sea, se confunde la igualdad con tener una desigualdad a turnos. El cine español es un cine ideológico, que sólo genera productos de una cierta ideología, que sólo premia esa ideología. O sea, que es más propaganda que cine. A veces al menos es propaganda bien hecha, pero la mayor parte del tiempo ni eso.
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