> N. C. Con vistas a su posible legalización, Batasuna se afana en recuperar el espacio político que a su juicio le han arrebatado. Para ello, una de las estrategias que está siguiendo es la de desacreditar a aquellas formaciones que ahora gozan del favor de parte de sus antiguos votantes. La más afectada es la coalición Nafarroa Bai, ya que los partidos que la integran, sobre todo Aralar y Eusko Alkartasuna, son los que más se han beneficiado de la ausencia de los batasunos de las instituciones públicas. De acuerdo con los radicales, Nafarroa Bai se encuentra en declive político y «busca a toda costa el pacto con el PSOE, la desnaturalización del proceso y que la dirección de EA se pliegue a los designios del PNV». Batasuna no cree que la coalición de partidos sea un digno representante de las izquierdas, sino que cada vez se orienta más a la derecha por mandato del Partido Nacionalista Vasco. Ante esto, los radicales creen que son «la alternativa a los cada vez más numerosos desencantados de Nafarroa Bai que se están acercando a nosotros». También piensan que Aralar «se descompone» como partido al seguir apostando por Patxi Zabaleta como candidato a la Presidencia y apoyar la candidatura de Uxue Barkos a la Alcaldía de Pamplona.