Mientras la izquierda nos distrae con el drama de Gaza, aquí donde gobierna y sí puede resolver los problemas, o provocarlos, se sigue deteriorando la seguridad en las calles y se siguen publicando cifras cada vez más preocupantes. De este modo, el Instituto de Estadística de Navarra acaba de dar a conocer el dato de que el número de adultos condenados por sentencia aumentó un 21,7% en 2024 y el de menores un 20,6%. Se trata de incrementos descomunales que se producen sin embargo tan sólo en un año. La delincuencia y la inseguridad crecen ante nosotros de forma apabullante sin que el gobierno tome ninguna medida. Es más, el gobierno niega el fenómeno. ¿Y por qué lo niega? Porque admitirlo significaría empezar a preguntarse por las causas del mismo. Y todos sabemos que la respuesta no sería políticamente correcta.
Si ya los datos anteriores justificarían una máxima preocupación ante la realidad de la inseguridad en Navarra, el dato estrella no obstante es el de que el número de adultos condenados por delitos sexuales aumentó en Navarra el año pasado un 90,6%. Esto significa que los condenados por delitos sexuales se duplican de año en año en la Navarra feminista y progresista que performa nuestro muy abertzale e izquierdista gobierno. Naturalmente si se duplica de un año para otro el número de condenados por delitos sexuales es porque también se está duplicando de año en año el número de delitos cometidos. Eso sí, a cambio la izquierda sueltavioladores e importavioladores te da para protegerte una pulsera que no funciona. O pinta un banco de morado o coloca un cartel a la entrada de las localidades diciendo que no se toleran las agresiones sexistas. ¿Para qué vas a afrontar las causas del problema en vez de poner un cartel? Los resultados están a la vista.
Hace unos días publicábamos el dato de que desde 2017 se han multiplicado por 4 las violaciones en España. De 1.387 agresiones sexuales con penetración hemos pasado a 5.206 en 2024. ¿Y esto no es noticia? ¿Y de esto el gobierno progresista y feminista no tiene nada que decir? ¿Qué disciplina de partido o qué partida presupuestaria tiene enmudecidas ante este fenómeno a todas las organizaciones y plataformas feministas de España? ¿Nadie en la izquierda se va a preguntar por la causa de este aumento exponencial?
Las noticias de todos los días nos colocan ante un esquema absolutamente recurrente. Delitos gravísimos cometidos por personas de origen extranjero, las cuales además son detenidas una y otra vez sin que sean expulsadas ni ingresadas en prisión. Cuando estas personas cometen por fin un asesinato o una violación podrían por tanto haberse evitado y hay una responsabilidad política evidente por la inacción. No se puede evitar un problema que no se puede ni mencionar.
Un fenómeno que se explica por las políticas migratorias de progreso o las políticas educativas de progreso
La única reacción que se puede esperar de los gobiernos de “progreso” es la ocultación de la realidad y la manipulación de los datos. Así, por ejemplo, la nota del Instituto de Estadística de Navarra señala que el 70% de los menores condenados en Navarra en 2024 eran de nacionalidad española. Lo que sucede es que eso significa que el 30% de los menores condenados no eran españoles. Y del 70% que tenían nacionalidad española, ¿cuántos son de origen extranjero? Eso en la nota no se menciona. Tampoco se detalla cuántos menores o adultos condenados son extranjeros en el caso de los delitos más graves, como peleas, robos con violencia, agresiones sexuales o asesinatos. Es decir, es probable que los condenados por delitos informáticos, cohecho, prevaricación o malversación sean principalmente españoles de origen, ¿sucede lo mismo con los asesinatos, las agresiones, las violaciones o los feminicidios? ¿Tenemos una visión clara si lo mezclamos todo o es que no queremos ver claro?
En todo caso, aunque todos los agresores fueran de origen nacional, ¿es normal que apenas nos ocupemos de que se multipliquen de este modo las agresiones sexuales? El caso es que venimos de una sociedad en la que había mucha menos inseguridad en general y muchas menos agresiones sexuales en particular. Lo que no cabe hacer es negar el fenómeno. Están fallando las políticas migratorias de progreso, las políticas educativas de progreso, o las dos.
