Podría parecer el inicio de una carrera ciclista, pero en realidad no era así. Ni siquiera a primera vista. De hecho, lo que parecía a primera vista era la celebración del Día de la Anexión de Navarra a Euskadi, con la nueva bandera de Navarra, sustituyendo a la histórica, rediseñada para la ocasión. Para Asirón, o sea para la izquierda abertzale, carece de sentido el concepto de evento deportivo, o cultural, o festivo. Para la izquierda abertzale todos los eventos son o no son eventos utilizables para la construcción nacional de Euskal Herria. A los eventos que se pueden utilizar en clave de construcción nacional se les apoya y financia, y a los eventos que no se pueden utilizar se les rechaza o incluso se boicotean. Por eso no se trataba, a la vista está, de iniciar una carrera, sino de exhibir unas grandes banderas.
Esta es la Pamplona de Asiron. Gracias, PSN-PSOE. pic.twitter.com/Q6YxjiY2Hk
— UPN Pamplona (@UPN_PNA) April 8, 2025
Cuando alguien se pregunta por el rechazo de la izquierda abertzale a que la Vuelta a España pase por Navarra, tiene que descender a su manera de ver el mundo y a lo señalado en el párrafo anterior. La Vuelta al País Vasco (Euskal Herriko Itzulia) es sin embargo bienvenida y celebrada. ¿Pero no son ambas cosas ciclismo? No, es construcción nacional. La Vuelta a España no puede pasar por Navarra y la Vuelta al País Vasco no puede no pasar por Navarra. Pero es que no formamos parte del País Vasco, pues con mucha más razón aún.

La organización de la Itzulia ha supuesto por otro lado un desembolso de 30.000 euros para las arcas de Pamplona, que desembolsan los del mismo lado del muro que ponen el grito en el cielo por cosas como una comida de 400 euros para tratar de atraer al famoso arquitecto Rafael Moneo a un proyecto. Desde luego Asirón y la izquierda abertzale tienen ya una larga trayectoria en no escatimar gastos en la colocación legal o ilegal de ikurriñas. Se opondrán totalmente sin embargo a gastar un euro en colocar una bandera no ya de España, sino de Navarra, en la Plaza de los Fueros. Si la bandera es de Navarra, entonces es una catetada y un gasto suntuario. En el País Vasco sí les parece lógico instalar iklurriñas gigantes, por supuesto. Las ikurriñas gigantes son por demás elegantes también en la plaza del Ayuntamiento.

Si de todos modos hay que colocar una bandera de Navarra, que no sea verdaderamente la de Navarra. En este sentido resulta curioso el diseño que el nacionalismo vasco ha adoptado para suplantar a la verdadera bandera de Navarra, roja y con el escudo en el centro. Salta a la vista que de lo que se trata es de recrear la ikurriña. De este modo, la bandera de Navarra pasa a tener 2 cruces como la ikurriña. Por arte de magia la bandera de Navarra pasa a ser como la Union Jack que es a la que se parece la ikurriña. Entre una cosa y otra la convierten en un tablero de damas pero de lo que se trata de verdad es de crear un parentesco visual con la ikurriña, que geométricamente se superpongan, que encajen una encima de otra, por supuesto la bandera de Navarra debajo de la ikurriña. Si hay que desfigurar la bandera pues se desfigura. Volviendo al principio todo lo que un abertzale puede hacer se divide entre lo que ayuda y lo que no ayuda a la construcción nacional de Euskadi, y la bandera de verdad de Navarra no ayuda.