Si algo pusieron de manifiesto las elecciones gallegas es que el PSOE no sólo no es un freno al nacionalismo sino que es su combustible, en un doble sentido. Primero en el sentido de que con el PSOE y las políticas socialistas el nacionalismo crece. Segundo en el sentido de que la leña a partir de la cual crece la llama nacionalista es el propio PSOE. El PSOE se quema, se consume y se desmorona electoralmente en favor de la hoguera nacionalista que está alimentando. No resulta descartable por tanto que veamos esto materializado en los resultados de las elecciones catalanas.
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Respecto a las elecciones catalanas el PSOE ya ha determinado que Puigdemont tenga la mejor campaña electoral con la que podía soñar. Que si viene, que si no; que si lo detienen, que si no; que si gana desde la cárcel, que si no. Nos vamos a hartar de hablar de Puigdemont, Puigdemont va a eclipsar a los demás candidatos y además podemos convertir en un mártir de su causa a Puigdemont. Si con eso no gana que declare la independencia unilateral de la República de Waterloo.
🔴 Carles Puigdemont se plantea regresar a España y ser detenido https://t.co/KPORj3dWdw
— EL MUNDO (@elmundoes) March 15, 2024
Si fuéramos los asesores electorales de Puigdemont seguramente le recomendaríamos que viniera a España y fuera detenido. La foto de campaña que le interesa es con esposas y con un mono naranja. No sólo es cuestión de épica, es que Junts se disputa el voto nacionalista con ERC. Si el candidato de Junts está en la cárcel el vendido y aburguesado parece el que ya ha salido de prisión, aquel cuyos pactos y apoyos a Sánchez le han llevado a salir de la cárcel en vez de a entrar en ella. Alguien tan mediocre y lechuguino como Puigdemont quizá consiguiéramos venderlo como BraveHearth.
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Naturalmente Puigdemont no pretende pasar ni una día más en la cárcel que hasta después de las elecciones. Por eso acaso calcula que la entrada en vigor de la amnistía recién aprobada por el Congreso, pese a todo lo que la pueda retrasar el PP en el Senado, coincidirá más o menos con la celebración de las elecciones catalanas. ¿Qué mayor legitimiación para Puigdemont frente al electorado separatista que hacer la campaña desde una cárcel española? Pero sin pasarse. O sea, ni un día más de lo necesario. A fin de cuentas, aparte de más productivo, es más cómodo hacer una campaña electoral desde una celda de lujo que en un autobús. El problema es casi el inverso, conseguir que lo detengan. En este sentido lo suyo quizá sería adelantar un poco su llegada a la entrada en vigor de la amnistía, no sea que al final salga tan bien que sus efectos no se puedan suspender. La idea de encarcelar a Puigdemont como elemento principal de su campaña, pero ni un minuto más de lo necesario, cuenta de hecho con alguna posible objeción.
La Amnistía entrará en vigor aunque los jueces recurran la Ley al Tribunal Constitucional https://t.co/X7Z6cn7Sl5
— elEconomista.es (@elEconomistaes) November 1, 2023
Para empezar en cuestión de juicios y tribunales todo es siempre un poco resbaladizo. ¿Puede realmente suspenderse la aplicación de la Ley de Amnistía por cuestionarse su constitucionalidad? ¿Y cuánto puede prolongarse una decisión sobre esta cuestión? Si además quien tiene que decidir es la mayoría sanchista del Tribunal Constitucional, todo parece allanado para Puigdemont tanto en el sentido de la sentencia como de su celeridad. El mayor obstáculo es la posibilidad de que el Supremo plantee la inconstitucionalidad al Tribunal de Justicia de la Unión Europea, problema ante el que la Ley de Amnistía intenta blindar a Puigdemont garantizando si no la propia amnistía sí al menos las medidas cautelares o la orden de detención contra él. Si este blindaje cuela o no es algo que queda por ver.
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Otra cuestión es que, como ha planteado Ciudadanos, legalmente Puigdemont se pueda presentar siquiera como candidato, ya que lleva 7 años sin ser residente en Cataluña. Pero esto es lo que tiene la colonización por parte del gobierno de la Fiscalía, de los Tribunales y de todos los órganos de control y defensa de la legalidad. Tan importante como que la ley diga que algo es blanco o negro, es que quien tiene que determinar lo que dice la ley diga blanco o negro según el criterio de quien le nombró.
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Si Puigdemont no puede presentarse será un poco mártir, pero lo que a él le conviene es poder presentarse, ser detenido y hacer la campaña desde la cárcel, como un auténtico mártir, aunque sea un “mártir” que ha pactado a pachas con el gobierno el postureo, la ley y la impunidad final que se le debe aplicar. Por lo demás la finalidad del PSOE no es obtener un buen resultado en Cataluña, sino conservar al precio que sea el apoyo del separatismo catalán en Madrid.
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Por lo que respecta a la Comisión de Venecia, acaba de conseguir algo inaudito y es que todo el mundo diga que la Comisión de Venecia le ha dado la razón. Parece indiscutible que la Comisión de Venecia aconseja que se hubieran hecho las cosas de otra manera, pero no está claro que diga que las cosas tal como se han hecho sean radicalmente inválidas. Hablamos de todos modos de un dictamen no vinculante. ¿Pero por qué todo el mundo dice que la Comisión de Venecia le da la razón ya sea para otorgar o para negar el aval a la amnistía? Una posibilidad es que haya una parte que mienta, pero la otra es que la Comisión de Venecia esté siendo deliberadamente ambigua y difusa para contentar a todo el mundo y dejar que todo el mundo pueda decir que le da la razón.
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