Las órdenes son sacar a Bildu de la campaña electoral del 23J, no sea que pase como en las elecciones autonómicas con las listas llenas de asesinos de ETA. Pero no les llames después filoetarras, que se enfadan. El caso es que Chivite ya ha dejado claro que en Navarra no se forma gobierno hasta pasadas las generales, y entretanto ha montado un teatrillo de encuentros y desencuentros con sus socios “canónicos” destinado tan sólo a ocupar el tiempo.
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Ibarrola podía estar bastante segura de llegar a ser alcaldesa de Pamplona gracias al adelanto electoral de Pedro Sánchez, y puede estar bastante segura por tanto de que no le van a montar una moción de censura hasta el 23J. Después puede que no se la monten. O sí, depende de lo que apriete Bildu, o de lo que pase con el PSOE después de las elecciones. Hasta después del 23J tampoco podrá saberse por tanto si la alcaldía de UPN es real o teatrillo.
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Bildu tiene un nuevo motivo para exigir al PSOE no ya la alcaldía de Pamplona una vez superado el 23J, sino entrar en el Gobierno de Navarra. Si el PP ha pactado la entrada de VOX en múltiples gobiernos autonómicos, ¿por qué no va a entrar Bildu en el gobierno navarro? O sea, no es que VOX y Bildu sean lo mismo, pero sería lógico que Bildu se hiciera ese planteamiento. ¿No estamos en que el PSOE es el cuarto partido más democrático después de Bildu, ERC y PodemosSumar?
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Lo que no puede ser es que Chivite esconda lo que va a hacer con Bildu después del 23J y aquí no pase nada. ¿Dónde está el presidente del Senado para exigirle transparencia? ¿Dónde esta la declaración de Chivite de ingresos, bienes e intenciones maléficas?
VERGUENZA NAVARRA:
Una carta de Bildu revela "un compromiso" con el futuro Gobierno navarro para ser "interlocutor prioritario" https://t.co/zgcivWHqU2 pic.twitter.com/vjRDJed6Mv— El Cuelebre (@Dianu_Burlon__) July 28, 2019
En julio de 2019, Bildu envió una carta a sus bases pidiéndoles respaldo para facilitar la investidura de Chivite mediante la abstención. En aquella carta, Bildu explicaba a sus militantes que “tienen claro que somos sus interlocutores prioritarios y tienen el compromiso de mantener relaciones continuadas con nosotros”. El escenario político se repite, pero ahora bajo un manto de silencio por la proximidad de las generales. Cuando la derecha consiga que el foco vuelva a pasar de Extremadura a las calamidades del sanchismo, habrá que preguntarle a Pedro Sánchez qué va a hacer en Navarra con Bildu. Claro que poco importa lo que diga Pedro Sánchez al respecto porque tras el 23J dirá lo contrario que pueda decir antes y asegurará que no mintió, sino que su opinión ha cambiado. Lo que no cambia es la artimética y la dependencia de los socialistas respecto a Bildu. La única duda es si el contrato que Bildu le va a renovar a Chivite tras el 23J es sólo tan malo como el de 2019 o nos depara alguna sorpresa escondida. Si nos ocultan algo para después del 23J por miedo a perder votos, democracia sería que nos lo dijeran antes de ir a las urnas.
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