Halloween es un petardo. A veces vamos desgranando argumentos hasta llegar a una conclusión y otras arrojamos de entrada la conclusión y poco a poco la vamos argumentando. Halloween es un petardo, una sonrisa tallada en una calabaza vacía, una celebración de la nada. Como bien señala ahorainformacion.com el mal no es tanto la vacuidad hecha calabaza, que por lo visto no queda más remedio que festejar, como la sustitución de las tradiciones con sentido por parte de esta vacuidad. Carnaval sin Cuaresma, la Navidad sin el Niño Jesús, Todos los Santos sin difuntos ni santos. Nos estamos convirtiendo en una sociedad cada vez más dedicada a la celebración de la nada, a celebraciones sin significado que vienen a ocupar el lugar de celebraciones que sí lo tenían, y después esta sociedad hueca se asombra de su deprimente vacío existencial y de su oquedad. Da un sentido a mi miserable existencia, oh calabaza vacía, yo te lo imploro.
— Javier Garisoain (@JavierGarisoain) October 31, 2023
Todos los Santos, frente a Halloween, es una celebración y un recordatorio. Un memento mori. Un parón para recordar con cariño a nuestros seres queridos y también para recordar que el tiempo corre (¿qué queremos hacer con él?) y nuestra propia mortalidad. En el caso de Todos los Santos, el recordatorio nos lleva a un destino de salvación y santidad más allá de lo material.
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Vivimos tiempos en que constantemente se nos ofrecen signos de que somos algo más que materia y biología. En las horribles guerras que estamos viviendo, por ejemplo, vemos a los humanos hacer cosas que están mucho más allá -por lo horrible- de lo material. Los animales no hacen esas cosas. La materia no se rebaja tanto. Hace falta ser algo más que biología para caer tan bajo. Hay una crueldad en algunas acciones humanas que no se explica sólo por lo material, igual que hay una grandeza y un desprendimiento en otras acciones humanas que tampoco explica sólo la química. Porque no somos sólo materia podemos ser intelectualmente superiores a los animales y gozar o padecer nuestra autoconsciencia, y porque no somos sólo materia podemos ser moralmente superiores a los animales o moralmente inferiores. La materia se nos queda corta para explicarnos, tanto por arriba como por abajo. Sin ser algo más que materia tampoco cabría la libertad ni la responsabilidad. Una calabaza vacía con una sonrisa impostada sería nuestro reflejo. O nosotros el reflejo de la calabaza. Feliz Día de Todos los Santos.
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