En nuestra crónica diaria de la anormalidad a la que ha sido reducido este país por el gobierno y sus socios, resulta preciso hacerle un pequeño hueco a la visita del presidente de Colombia, Gustavo Petro. Más allá de la propia invitación, de su asistencia al Congreso o de su recepción para una cena en el Palacio Real, el presidente colombiano ha recibido la medalla del Congreso, la medalla de la Universidad de Salamanca y la Orden de Isabel la Católica. Si cuanto más enemigo es alguien de España mejor se le trata, Petro debe ser uno de los peores enemigos de España.
Petro acepta la orden de Isabel la Católica tras criticar el "yugo español" https://t.co/q3uEGjLXjx
— EL MUNDO (@elmundoes) May 3, 2023
Efectivamente, antes de ser colmado de honores y agasajos en España lo último que hizo Petro antes de viajar a Madrid fue insultar a España hablando de la liberación indígena y del yugo español. Pero es que resulta casi imposible encontrar en la biografía de Petro algo que no sea erróneo, perturbador y desde luego hostil hacia España.
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Para empezar, Petro es un ex terrorista del M19, la narco guerrilla comunista que llegó a trabajar para Pablo Escobar. Este gobierno le quita honores a gente como Félix Huarte pero se los otorga a gente como Petro. El 1 de octubre de 2017 Petro se presentó en Barcelona como “observador internacional” del referéndum ilegal del separatismo catalán, al que prestó todo su apoyo personal.
España se ha convertido en una dictadura en Catalunya. en este momento nos sobrevuelan helicópteros. Se repetirá 1936?
— Gustavo Petro (@petrogustavo) October 1, 2017
No hay por desgracia enemigo de España al que no aplauda con entusiasmo toda la izquierda, no digamos sus socios separatistas, ¿pero cómo se concibe que ni siquiera toda la derecha muestre su desprecio por este sujeto? VOX abandonó el Congreso, pero el PP permaneció en la cámara para aplaudir en pie a este enemigo de la libertad y de nuestra nación. El PP debería además recordar que Petro llegó al poder tras una oleada de disturbios como la que viene afectando a todos los países en los que no gobierna la izquierda, como la que seguramente tenga que soportar el PP si la izquierda en España pierde el poder.
Feijóo se levanta y aplaude a Petro con la izquierda mientras los diputados de Vox abandonan el pleno
Por @Maiteloureiro_ y @MiriamMuroM
— Libertad Digital (@libertaddigital) May 3, 2023
Por lo demás, ya que Petro ha venido por aquí y da lugar a que hablemos de ello, nunca es una mala ocasión para refutar la matraca indigenista que cacarean contra España todos los comunistas del otro lado del océano, espoleados por nuestros propios nativos comunistas.
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Para empezar, si tanto detesta Petro el Descubrimiento y la Colonización de América, lo primero que debiera hacer el presidente de Colón-bia es cambiarle el nombre a su país, que es un homenaje a Colón.
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Frente al ridículo relato de la feliz Arcadia en que vivían los indígenas antes de la llegada a América de los españoles, conviene recordar que, etimológicamente, caníbales es el nombre que las víctimas de otras tribus daban a los indios caribes, que eran los habitantes de la Colombia precolombina. Por supuesto, como sucede con todos los pueblos hispanoamericanos, cuando se libraron del yugo español ninguno de ellos volvió a la vida como era en la época precolombina. Y no es de extrañar.
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Entre otras cosas, los españoles llevaron a América los caballos, la vid, el vino, el vinagre, los garbanzos, las lentejas, el arroz, las almendras, los ajos, las cebollas, las ciruelas pasas y frutas secas, el ganado bovino, el trigo, el ganado ovino, los usos del sebo, el alquitrán, la rueda (al menos como herramienta de trabajo y transporte), los carros, las poleas, el limón, la noria, las técnicas para trabajar el hierro, la rejería, el astrolabio y el cuadrante, las últimas técnicas de metalurgia y orfebrería, mucho más avanzadas que las de los indígenas, las armas de fuego, el lino, el cáñamo, la seda, el azúcar, la imprenta, las técnicas de construcción de grandes navíos, las modernas técnicas de navegación, la brújula, la cartografía, las mejores técnicas de explotación minera, los conocimientos europeos de aritmética, geometría, astronomía y música, el conocimiento del sistema financiero incluyendo el dinero, la banca y las sociedades mercantiles, los conocimientos, de economía, de medicina, de farmacia, de derecho, de filosofía, los hospitales, las técnicas y obras hidraúlicas, la marroquinería, la encuadernación, la pintura, el artesonado, las técnicas urbanísticas, la gramática… El famoso sketch de los Monty Pyton, si en vez aplicarlo a Roma lo aplicamos a los españoles y los indígenas, duraría dos horas en vez de minuto y medio.
Naturalmente un avance que no se puede omitir en la lista es el de la cristianización. Obviamente los hispanoamericanos no han regresado a sus antiguas religiones. Solemos menospreciar el avance que supone la civilización cristiana pero lo cierto es que fuera de la civilización cristiana, con todos los defectos humanos que pueda tener esta, lo que nos encontramos son civilizaciones sanguinarias. Incluso entre los occidentales que no tienen fe o reniegan del cristianismo, su humanitarismo no se explica sin sus raíces cristianas. Por otro lado España, a diferencia de otras potencias, incluso cristianas, no vio a los indígenas como infrahumanos a los que se podía esclavizar o exterminar sin piedad, sino como a otros seres humanos y hermanos a los que había que evangelizar. No quiere decir que no hubiera errores ni abusos en todo el proceso, pero sí que la visión de partida de los indios era considerarlos como iguales. Eso sí, no se exija retrospectivamente en un ridículo ejercicio de presentismo que los indios gozaran de más derechos que los propios españoles peninsulares en 1492, o que fueran más libres o estuvieran sometidos a menos abusos que ellos, o que gozaran de los mismos derechos que en el mundo actual. El hecho es que el distintivo del dominio español fue la confraternización y el mestizaje, frente al exterminio que practicaron otros países europeos y otras culturas. Hispanoamérica es mestiza y no lo es Norteamérica, ni Africa, ni Asia, ni Oceanía, donde o echaron a los blancos, o estos tuvieron muy escasa presencia, o los blancos exterminaron a los indígenas.
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Volviendo al presente y a Petro, resulta llamativo que sostenga un discurso pauperista, o sea partidario de la pobreza, y que la izquierda lo reciba alborozada porque también sostiene un discurso pauperista, que por cierto es el mismo que el de la omnipresente Agenda 2030. O sea, como el propio Petro explica, la gente tiene que ser pobre y no tener nada por dos motivos. Primero porque si la gente no es pobre y dispone de recursos en vez de tener una cestita de racionamiento topada, o un cheque energético gubernamental, empieza a usar un coche, o a gastar en agua, en luz, en aire acondicionado, en calefacción, y eso es ecoinsostenible. Segundo porque si la gente deja de ser pobre y empieza a tener cosas propias y a ser independiente, se hace de derechas.
Vivimos unos tiempos bastante insólitos en los que dejar de ser pobre ya no es un objetivo universal incluso de los comunistas. O sea, los comunistas fracasaron miserablemente en su intento de sacar a la gente de la pobreza, pero se supone que querían sacar a la gente de la pobreza. Por el contrario ahora estamos en un modelo, el modelo Agenda 2030, en el que ser pobre y no tener nada es el objetivo, porque no ser pobre nos dicen que no es ecosostenible. Entonces resulta que un modelo como el comunista, que empobrece a la gente, pasa a ser el modelo a seguir precisamente por ello. ¿Y por qué quieren a la gente pobre y sin propiedades al margen de la monserga de la ecosostenibilidad? Pues porque el que no tiene nada depende en todo del que tiene para poder cubrir sus necesidades. Y cuanto más dependiente eres menos libre. Y cuanto menos libre más fácil imponer un pensamiento único y una dictadura global. A cambio de hacerte dependiente y perder la libertad y la propiedad te ofrecen más tiempo libre y una manutención mínima, exactamente igual que en la cárcel. Todos los diputados de todos los partidos del Congreso español se pusieron en pie para aplaudir a Petro, menos VOX, que casualmente es el único partido que no defiende la Agenda 2030. No queremos pensar mal, pero no podemos pensar bien. Será casual.
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