Puede que todo sea una excusa fabricada bajo una falsa premisa para legitimar un odio a la libertad de expresión muy anterior al caso Begoña. Es decir, no es discutible que nos encontramos ante una ofensiva sin precedentes en democracia contra la libertad de expresión por parte de un gobierno español. Aparentemente, este ataque a los medios críticos con el gobierno nace como respuesta a las informaciones publicadas respecto a Begoña Gómez en los famosos 5 días de reflexión del presidente. En su reaparición tras la carta que dirige a la ciudadanía como motivo de aquella reflexión, Sánchez anticipa la represión contra los medios que ahora promueve sin recato alguno el gobierno.
Lo cierto es que esto ya debería ser totalmente inaceptable y escandaloso. Un presidente democrático no puede iniciar una campaña represiva contra los medios en general, pero mucho menos porque los medios están publicando informaciónes que comprometen a su hermano o a su mujer. Un político que tiene un interés particular en callar a la prensa libre es el menos adecuado posible para poner en marcha una campaña contra la libertad de expresión.
Pero es que además, ¿acaso de todo lo publicado sobre Begoña y sobre el hermano hay algo que no sea verdad? ¿Hay algo que se haya desmentido de todo lo publicado sobre Begoña y sobre su hermano? Si todo es verdad, ¿cómo se justifica una campaña feroz para limitar en este país la libertad de expresión?
No habiendo podido desmentir el gobierno que todo lo publicado respecto a la mujer de Pedro Sánchez o su hermano sea mentira, la cuestión es si en todo lo publicado además de ser verdad hay algo de lo hecho por la mujer o por el hermano que sea ilegal. Esto es precisamente lo que esta estudiando la justicia, que es quien lo debe determinar. No es Pedro Sánchez quien tiene que determinar si el caso tiene sustancia penal o no y si el juez lo tiene que archivar. Al menos en una democracia no lo es. Sucede además que el juez de momento se está limitando a estudiar todo lo denunciado, precisamente para determinar si es verdad y si tiene o no relevancia penal. Puede que de todo eso se derive una condena o no. ¿Qué pretende entonces Pedro Sánchez? ¿Pretende que la justicia no pueda analizar el asunto, ni siquiera entrar a valorarlo, como si el presidente o su familia tuvieran un inexistente estatus de inmunidad?
Parece que lo que pretende el gobierno es que no se pueda publicar nada sobre Begoña o sobre el hermano aunque sea verdad y sea polémico y relevante. Ya sólo con esto bastaría para justificar su publicidad, aunque no tuviera relevancia penal, y está por ver si todo lo hecho por la mujer y el hermano tiene o no tiene relevancia penal. Porque hay muchas cosas que son política, estética o moralmente reprochables aunque no tengan un reproche penal. Se encuentra por tanto perfectamente justificado todo lo publicado y no se encuentra en absoluto justificada la persecución en el peor estilo chavista de la libertad de expresión.
Como poco de todo lo publicado sobre Begoña Gómez se puede concluir que se trata de comportamientos impropios, antiestéticos y peligrosos, porque si no son corrupción son la antesala a la corrupción, es ponerle la alfombra roja en la puerta a la corrupción. La mujer del presidente del gobierno, es evidente, no puede dedicarse a captar fondos del gobierno para terceros. A lo que para cualquier demócrata debiera haber dado paso el caso Begoña habría sido, como mínimo, a la elaboración de un estatuto sobre la pareja del presidente o la presidente. Sánchez ha apostado por tanto por un ataque contra la libertad de expresión sin precedentes en democracia. La pregunta es hasta qué punto lo que le importa más es defender a su mujer o simplemente limitar en general la libertad de expresión.
Un comentario
Los cauces están perfectamente establecidos. Hoy viene en la prensa: “El juez procesa a Echenique por un delito de odio en un tuit sobre sacerdotes y agresiones sexuales”, la denuncia la interpuso “Abogados cristianos”. Si Begoña Gómez lee en la prensa algo que es mentira, lo tenía claro, denuncia al medio que lo publicó y el Juez dictaminará lo que le procede. Cuando alguien calla y recurre a evasivas, es porque algo tiene que ocultar.