Joseba Asirón tiene la tendencia a poner patas arriba todo lo que toca cada vez que asume la alcaldía de Pamplona. En su anterior mandato, Asirón puso patas arriba todo Pío XII, no por petición popular de los vecinos sino precisamente haciendo oídos sordos por completo a su movilización. Ahora en este segundo mandato le toca el turno a la Cuesta de Beloso, por un lado con la tala masiva de árboles ya abordada en diversas ocasiones (para crear un corredor paradójicamente llamado “sostenible”), pero por otro con la desaparición de las icónicas vallas verdes de Pamplona con el escudo del León en el parque de la Media Luna.
El revuelo ciudadano y la indignación popular han dado lugar a un cruce de acusaciones por la responsabilidad de esta actuación y por el mérito de su recuperación. Asirón acusa a Maya e Ibarrola de haber sido ellos quienes decidieron la eliminación de las tradicionales vallas mientras que UPN, por su parte, demuestra que ya en 2023 realizó un estudio para poder llevar a cabo un cambio conservando los leones tradicionales.
Como trasfondo de todo el asunto, al parecer se encuentra el Código Técnico de Edificación, el cual obliga a un cambio y una determinada separación máxima de los barrotes verticales para evitar accidentes y atrapamientos entre los barrotes, como aquellos de los que a veces son víctimas los niños con sus juegos. Esto condena la tradicional barandilla pero no determina que la nueva no pueda ser todo lo más parecida posible a la tradicional.
Asirón ahora pretende apuntarse la medalla de la recuperación del escudo mediante un diseño más o menos peculiar respecto al que existe división de opiniones, pero que por lo menos conserva el león. Se trata de una nueva valla dentro de la que se integra un trozo de las vallas viejas que contiene el León. Desde luego no parece más bonito que lo anterior, aunque no quepa entre los barrotes la cabeza de Asirón. Al menos ha resistido la tentación de poner su cara en la valla en vez del león, cosa que con los antecedentes que tenemos en Pamplona, recordemos el famoso cuadro de Maya, no se podía por completo dejar de temer.