El PSOE le ha hecho un Ospa Eguna o un Alde Hemendik a la Guardia Civil de Tráfico a cambio de que Pedro Sánchez pueda dormir un poco más en la Moncloa. A este hombre le iba a quitar el sueño pactar con Podemos pero ya duerme a pierna suelta incluso pactando con Bildu. Bien es cierto que la transferencia de la competencia de Tráfico a Navarra era una cosa ya planificada, respecto a la que incluso existía un cierto consenso, pero no en el fondo y en la forma en que se ha ejecutado de la mano de Bildu. Por un lado porque precisamente se ha decidido llevar a cabo la transferencia como una cesión a Bildu, y sobre todo porque una cosa era transferir la competencia de Tráfico y otra que esa competencia la pudieran ejercer conjuntamente en Navarra tanto la Policía Foral como la Guardia Civil. La expulsión de los guardias civiles es sin más un humillante e injusto peaje político a Bildu del que por supuesto ya presumen sus diputados.
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— Oskar Matute (@OskarMatute) November 22, 2022
El drama para el pacto entre el PSOE y el secuestrador que lidera Bildu es que la Guardia Civil, al menos la de Tráfico, se puede ir de Navarra, pero Navarra no se puede ir de la Guardia Civil. En este sentido ha quedado un día estupendo para recordar que la Guardia Civil fue fundada por un navarro, y como tal con un nombre tan significativo como Francisco Javier, concretamente Francisco Javier Girón y Ezpeleta, II duque de Ahumada, nacido en 1803 en Pamplona. O sea, que no hay manera de sacar a Navarra de la historia de la Guardia Civil. Y ya veremos a largo plazo lo que pasa con lo de sacar a la Guardia Civil de Navarra, seguramente contra la voluntad de la mayor parte de los navarros y por un mero acuerdo en Madrid entre la camarilla de Pedro Sánchez y el politburó de Bildu en la CAV.
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El empeño del separatismo por expulsar a la Guardia Civil de Navarra hay que decir sin embargo que está cargado de buenas razones, dicho sea en honor a la Guardia Civil.
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Por un lado la Guardia Civil ha protegido en muchas ocasiones a los navarros no nacionalistas de la violencia nacionalista contra todos esos navarros. Al nacionalismo vasco le estorba por tanto ese escudo.
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La Guardia Civil es por lo demás, aparte de una fuerza de seguridad operativa, un símbolo de la presencia del estado en Navarra. Todos los guardias civiles llevan una bandera de España en el uniforme cosa que la Policía Foral, por ejemplo, no. Naturalmente la Guardia Civil es una fuerza policial que opera a escala nacional, por lo que es un elemento común y unificador, tanto como elemento de imagen como elemento operativo real y eficaz.
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Pero es que además el nacionalismo quiere para alcanzar sus objetivos, para lo que no se excluye la violencia como vimos en Cataluña, controlar a la policía. Si el Gobierno de Navarra se encuentra condicionado por Bildu, o como en la legislatura anterior la consejería de Interior es de Bildu, ¿qué se puede esperar de la Policía Foral si no hubiera Policía Nacional o Guardia Civil frente a la violencia nacionalista? Pues la seudoimpunidad de que goza la kale borroka en la CAV o de la que gozan los CDR en Cataluña. A nadie se le escapa que el objetivo último del nacionalismo, ya sea en Cataluña o por estos pagos, es la independencia y no sólo la independencia sino la independencia por cualquier medio. En este sentido, desde un punto de vista insurreccional, no es una cuestión menor expulsar a todas las fuerzas de seguridad estatales para a su vez poder tener el control en un momento dado de todas las instituciones armadas sobre el terreno. Si una vez eliminada la sedición además la policía no interviene en un supuesto insurreccional no hay desórdenes públicos, o al menos en forma de enfrentamientos con la policía, que puedan enervar la impunidad de la intentona caso que salga mal.
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