Para ataques a sedes y militantes, los que ha sufrido la derecha

Manifestarse ante las sedes de los partidos políticos, de las sedes del gobierno o de los edificios emblemáticos es legal. En una democracia el derecho de manifestación es un derecho fundamental y la Constitución no limita el espacio en el que los españoles se pueden manifestar. Ya puestos cabría cuestionar, si no por la ley por sensatez, la conveniencia de manifestarse ante el domicilio particular de alguien, todo lo demás es inobjetable. Por lo demás, la izquierda no se ha privado durante todos los años pasados de los hechos por los que ahora hipócritamente se rasga las vestiduras al grito de “¡ultras!”, “¡ultras!”: rodea el Congreso, escraches, boicots, acoso a las sedes y guillotinas en vez de muñecas hinchables, al grito de arderéis como en el 36 o pim, pam, pum que no quede ni un.

Los juristas lo tienen claro: manifestarse frente a la sede de un partido es legal y democrático. Una información de Jaime Cervera (@jcervera_). https://t.co/s9RL1QSxMe

— THE OBJECTIVE (@TheObjective_es) November 11, 2023

Respecto a la legalidad de manifestarse ante las sedes de los partidos, The Objective publica una interesante información publicando la opinión de diversos expertos, los cuales señalan que manifestarse frente a edificios emblemáticos u oficiales para dar una mayor publicidad a la protesta no es ni novedoso en nuestro país ni contrario a la democracia, sino “parte de la democracia en sí misma, más aún cuando el pueblo trata de dirigirse a sus representantes y de hacerse oír ante ellos, siempre que sea de forma pacífica y acorde con la legalidad”. Estos expertos también indican que las manifestaciones no requieren autorización por parte de los poderes públicos y que basta con que se comuniquen.

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Además de todo lo anterior, una distinción de sentido común parece la diferencia entre atacar a  y protestar en. Ha habido protestas ante las sedes del PSOE, pero no ha habido ataques a las sedes del PSOE. Las sedes del PSOE no han sufrido ni un arañazo durante las protestas de estos días, si acaso algún arañazo es lo que se han llevado quienes protestaban frente a ellas.

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Ataques, por el contrario, es lo que han sufrido durante mucho tiempo las sedes de los partidos de la derecha en toda España. Los ejemplos son infinitos y Google arroja multitud de resultados con información al respecto.

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No sólo las sedes de los partidos de la derecha han sido objeto de multitud de ataques durante los últimos años, también los militantes de partidos de la derecha han sufrido diversos ataques. Una vez más los buscadores y las redes sociales están llenos de noticias al respecto, e incluso de grabaciones de las propias agresiones.

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No es Perales de Tajuña,es Manresa y el agredido es Joan Garriga de Vox.
No veras a ningún progre condenando esta agresión. pic.twitter.com/3jCotlsflB

— 🍋Mitch Bukanan.🍋🇪🇦 (@_Chule_74) August 14, 2023

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Esto nos lleva a una consideración final importante, que es la postura de los partidos frente a la violencia que sufren sus rivales. O sea, no respecto a la violencia que sufren ellos mismos, puesto que todo el mundo condena los ataques y las agresiones cuando es él mismo quien los sufre, el punto es la postura de cada cual cuando es el rival quien sufre el ataque.

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A este respecto, resulta bastante esclarecedora la postura de unos y otros. En general, la derecha siempre ha condenado los ataques a las sedes y militantes de los partidos de la izquierda. VOX nunca ha dejado de condenar los ataques a sedes y personas de la izquierda. Es la izquierda la que no siempre ha condenado estos ataques. Respecto a los ataques que sufre VOX continuadamente en el tiempo, este silencio resulta bastante clamoroso. En todos los partidos y todos los terrenos ideológicos puede haber exaltados, por lo que lo determinante para juzgar a un partido no es que aparezca un loco que haga una locura, sino que el partido la condene o no la condene. La izquierda también ha sufrido ataques a sus sedes, pero en este sentido la diferencia entre la derecha y la izquierda es que la derecha condena todos los ataques, tanto los que sufre la derecha como los que sufre la izquierda, y la izquierda en cambio sólo condena parte de los ataques.

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En el caso del sanchismo, no sólo es que no haya una condena unánime de la violencia política, o que la violencia no siempre se condene si la padece un rival, sino que el bloque sanchista incluye a utilizadores de la violencia que van desde Otegui a los apadrinadores de los CDR. De hecho, la amnistía que el PSOE ha pactado con los golpistas catalanes consagra la impunidad de toda la violencia independentista y un relato que la justifica. El PSOE mediante la colonización de la Justicia ha provocado una situación en la que lo único que puede hacer la mayoría social de españoles que rechaza la amnistía es manifestarse contra ella, y hasta eso la izquierda lo quiere prohibir o deslegitimar. Por eso mismo España debe echarse a la calle. Primero porque es casi lo único que todavía nos dejan hacer, o que al menos todavía no nos pueden impedir, y segundo por dignidad. O sea, puede que las manifestaciones no vayan a servir para nada, o puede que sí, ¿pero se imaginan que con todo lo que está pasando nadie saliera a protestar? ¿Qué clase de país seríamos? ¿Dónde estaría nuestra dignidad? ¿Qué cabría pensar de nosotros? ¿Qué clase de libertad sería la que mereceríamos?

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