No es fácil seguir la actualidad. Los sucesos extraños se suceden en tal cantidad y con tal variedad de olores que malamente se pueden exigir responsabilidades políticas cuando cuesta hasta el mero hecho de informar sobre ellos. Apenas da tiempo a reflexionar sobre lo recién publicado porque aparece otra nueva publicación. No es menor el riesgo de que una parte importante de la población desconecte de toda esta catarata de corrupción unos por afinidad ideológica con los corruptos, otros porque estar al día de los casos de corrupción exige más esfuerzo que estudiar una oposición.
Tratando de resumir, es interesante subrayar hasta qué punto Sevinabar, una empresa que sólo tenía 3 empleados fijos en 2019 y 10 en 2021, se convirtió sin embargo en una cantera de grandes talentos. Eran pocos, pero extraordinariamente selectos. Desde luego para selecta la mujer de Alzórriz, que por propia confesión de Alzórriz sabemos que fue seleccionada, o sea enchufada, porque Alzórriz fue a hablar con Antxon Alonso, el dueño de Servinabar, para pedir un trabajo para su mujer porque cobraba poco en su empresa, Y dicho y hecho, tan fácil como si Alzórriz se hubiera presentado a Alonso de parte de Cerdán, el copropietario de Servinabar, claro que entonces se suponía que nadie sabía que Cerdán era el medio dueño de Servinabar. ¿Pero en calidad de qué se presentó entonces tan eficazmente a pedir un trabajo para su mujer en la pequeña Servinabar? Quien se supone que no sabía nada era Chivite, aunque Alzorriz, que cada vez que abre la boca es oro, declaró tras destaparse el pastel de Servinabar que Chivite, aparte de su presidenta, “es mi amiga, hemos compartido mucho camino político y personal juntos”. ¿Y no saben los amigos a qué se dedican sus parejas y dónde trabajan? En el caso de Chivite parece que no. Claro que el número de cosas interesantes que parece desconocer Chivite, pese a ser la presidenta, resulta últimamente abismal.
Otra de las informaciones trascendentes de las últimas horas es la de que Servinabar pagó 50.000 euros a una sociedad de Koldo García justo en las fechas en las que Pedro Sánchez, recorriendo España con su banda del Peugeot, iniciaba la campaña para retomar la secretaria general del PSOE. ¿Estamos ante una fuente de financión de aquella operación? Lo cierto es que el crowdfunding de Sánchez resultó tan exitoso como opaco y no hay manera de conocer la identidad de los mayores donantes, por lo que sólo un malopensado se preguntaría si Pedro Sánchez podría ser, puede que les suene la expresión, «partícipe a título lucrativo» de los beneficios de Servinabar. Desde luego para algunos, visto retrospectivamente, haber invertido en Sánchez pudo haber sido una gran decisión desde el punto de vista de la rentabilidad.
Volviendo a Servinabar y su peculiar plantilla, aparte de la mujer de Alzórriz nos encontramos con Vicente Fernández Guerrero. Ya es curioso que nada menos que un alto cargo de la Junta de Andalucía en tiempor de María Jesús Montero y ex presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), dimitido por su imputación en el caso Aznalcóllar, se atraviese toda España para recalar justo en la pequeña plantilla de Servinabar, la empresa de Cerdán, codo con codo con la mujer de Alzórriz y un par de venezolanos, uno de ellos, (una vez más casualmente) ex alto cargo de la empresa estatal venezolana de petróleo PDVSA. Porque si en todo el escándalo en el perímetro de los Koldo, Abalos, Aldama, Cerdán y Zapatero anda por medio el petróleo venezolano también es casualidad.
¿Qué más? Pues que a otra empresa a la que casualmente tampoco le ha ido nada mal es a la que se encargó de las reformas en el piso de Alzórriz y su mujer, que es también la que recibió el encargo de las obras en la sede del PSN, y que es también una de las que se encargó de la reconstrucción de Sendaviva después del incendio de 2022. Se benefició además, aparentemente, mediante contratos troceados para no exceder los 200.000 euros y poder ser adjudicados sin la necesidad de formar una mesa de contratación.
Volviendo al principio, Chivite presume de no dimitir, de no responder políticamente de nada y de no estar avergonzada de nada. Mientras tanto, la reacción de gobierno de Chivite es avalar la represalia al técnico que denunció las irregularidades de Velate denunciada por su propia Oficina de Buenas Prácticas y Anticorrupción, así como rebajar aún más los controles previos en la adjudicación de grandes obras en carreteras. Normal, porque a la vista de lo bien que han funcionado los controles previos en los túneles de Velate, salta a la vista que había excesivos controles, que no hacen falta tantos y que hay que reducirlos. Un gobierno tan cerdanista y de progreso (Alzórriz dijo que todas las grandes obras de Navarra estaban paralizadas hasta que fueron desbloqueadas por Cerdán) no necesita tanto control.
