Sólo puede calificarse como bombazo la información que está circulando por las redes sociales desde hace escasos momentos. Entre la documentación encontrada por la UCO, se habría encontrado el dato de un nuevo e inesperado accionista de Servinabar. Se trataría nada menos que de Jon Aritz Santamaria Sorbet, hijo de Joseba Santamaría Recarte, el director del Diario de Noticias de Navarra, cabecera de prensa del pensamiento socialista y nacionalista en esta Comunidad.
Hasta ahora ya se había encontrado una vinculación entre el Grupo Noticias y la trama de Cerdán a través de Antxon Alonso, el socio de Cerdán en Servinabar. Antxon Alonso tenía una sociedad llamada Alegure, la cual en UTE con Acciona se llevó la adjudicación del colegio público de Arbizu. Pues bien, en Alegure además de Antxon Alonso había otra participación en la propiedad que era la sociedad Uribene, de la que era propietario Iñaki Alzaga, el presidente del Grupo Noticias.
La aparición del hijo del director del Diario de Noticias en los papeles de la UCO representa sin embargo un gran salto en todo lo revelado. La documentación encontrada, significativamente, señala que las acciones de Servinabar propiedad del hijo del director del Noticias datan de finales de 2016, y que se habrían entregado del paquete propiedad de Alonso y no del paquete propiedad de Cerdán.
La entrada en escena del hijo de Santamaria abre un nuevo flanco a toda la trama. Podríamos estar hablando de una corrupción transversal y sistémica. Servinabar tenía una pata en el nacionalismo a través de Antxon Alonso, al que hemos visto en fotos de potes con Uxue Barcos y su marido lobbista. La otra pata de Servinabar estaba en el socialismo evidentemente a través de Cerdán. La aparición en el tablero del hijo del director del Noticias revelaría que la pata nacionalista podía ser más relevante todavía de lo esperado. Servinabar a fin de cuentas se estrenó en la construcción a través del citado colegio de Arbizu u otras obras adjudicadas ya en tiempos de Uxue Barcos, también en ocasiones con Acciona de por medio.

En todo este asunto cabe mencionar que Servinabar no es una gran empresa que cotice en bolsa de la que cualquiera pueda comprar acciones y entrar en la propiedad. Servinabar era una empresa de Antxon Alonso en la que entra Cerdán en junio de 2016. Seis meses después entra el hijo de Santamaría con una participación, eso sí, bastante menor. El caso es que para entrar en Servinabar era necesario firmar un contrato con Alonso, Cerdán o los dos, que eran los propietarios del 100% de las acciones. No había una barra libre para poder comprar acciones de Servinabar. Entrar al accionariado de Servinabar implicaba el conocimiento y la aprobación de Alonso y Cerdán, los propietarios de Servinabar. ¿Cuál era la cualificación y la aportación de Jon Artiz Santamaría para entrar en ese cortijo tan pequeño como prometedor? Por supuesto la imparcialidad y la credibilidad del Noticias quedaría muy tocada en toda esta cuestión.
Allá por 2015 se publicaba un libro desde el ámbito de la izquierda nacionalista titulado «El corralito foral», el cual pretendía probar la tesis de que Navarra era poco menos que un cortijo totalmente bajo el control de unas pocas personas, familias, partidos y empresas. La realidad sin embargo parece mostrar que se trataba de otro caso de proyección. En el mejor de los casos, de un corralito con «c» habríamos pasado a un korralito con «k». Con «k» de korrupción. Corralito y gordo al final el del tripartito del socialismo, el nacionalismo vasco y Servinabar.