Menos de la mitad de las jefaturas de la administración foral se obtienen por un sistema objetivo de capacidad y de mérito. Este no es un problema nuevo en la administración foral, lo que sí es un problema creciente. Probablemente tampoco va a ser algo que conmueva a los electores o que vaya a pesar sobre el voto dentro de 4 años. Pero un detalle tan insignificante no es razón para no publicar y denunciar. Nos referimos a la información publicada por Diario de Navarra denunciando que el 60% de las jefaturas del gobierno están adjudicadas a dedo. Hablamos de 947 jefaturas de las 1.549 del gobierno. Cómo no va a ir todo bien con tanto jefe en el gobierno y además colocado a dedo.
Todo bien por aquí. Habrá que ver de ese 60% cuantos hacen algo.
El 60% de las 1.549 jefaturas del Gobierno foral están adjudicadas ‘a dedo’ https://t.co/jxxh3c18y0
— Mikel Ardanaz (@mikelillo_1) October 16, 2023
Alzórriz, como portavoz del PSN, minimizaba la importancia del problema señalando de los jefes que deben tener la condición de funcionarios, y que el acceso al funcionariado es objetivo. En realidad no lo es tanto. Es objetivo para los que no saben euskera, por ejemplo, que no cuentan con esa ventaja o esa discriminación por la lengua. Pero es que además el argumento no tiene sentido. Decir que los elegidos a dedo son funcionarios no es negar que haya amiguismo, arbitrariedad, favoritismo y un peligroso sistema de premios y castigos, sino que esta arbirtrariedad y ese amiguismo se limita al colectivo de funcionarios. Como si el gobierno no pudiera practicar el amiguismo o la arbitrariedad dentro de los miles de funcionarios del colectivo, o como si el amiguismo (o enemiguismo) dentro de este colectivo fuera menos amiguismo, menos escandaloso o menos peligroso. La prueba es que también el PSN lo denunciaba en tiempos de Barcos. Ahora que el PSN está en el gobierno y que el número de jefaturas a dedo es todavía mayor resulta que a Alzórriz ya no le preocupa la situación.
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El debate sobre este asunto nos retrotrae a un informe de LAB con datos del año 2019, en el que en la administración núcleo (excluidos Bomberos y Policía Foral) había una plantilla de 4.119 personas de las que 934 ocupaban una jefatura. O sea, que el 22% de la plantilla es jefe, pero es que en Políticas Migratorias y Justicia un 31,5% de la plantilla es jefe, en Universidad, Innovación y Transformación Digital el 35,4% es jefe, en Salud el 35,7%, en Desarrollo Económico y Empresarial el 37,5%, y en Ordenación del Territorio, Vivienda, Paisaje y Proyectos Estratégicos el porcentaje de jefes asciende al 43,5%.
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Desde luego si la administración foral no funciona como un reloj suizo no es por falta de jefes, la pregunta es si la administración foral puede funcionar bien con tanto jefe y si no hablamos de estructuras disparatadas y de jefes que sobran por todos lados. Además, relacionándolo todo, hablamos de “jefes” puestos a dedo. Es decir, no en virtud de un proceso objetivo de selección en base a méritos y capacidad, sino por la graciosa decisión de su superior. No solo aumentan las jefaturas sino que además muchas de ellas están cada vez mejor retribuidas, por poner al asunto un nuevo colofón.
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LAB establecía una serie de reglas para determinar las jefaturas injustificadas en la administración, como las secciones unipersonales o las secciones sin negociado. Una jefatura no se justifica si no existen subordinados. De acuerdo con esos criterios, resulta que más de la mitad de las jefaturas no estaban justificadas. Por Departamentos destacaba Universidad, Innovación y Transformación Digital con un 78,4% de jefaturas injustificadas, Ordenación del Territorio, Vivienda, Paisaje y Proyectos Estratégicos venía después con una 66,7%, Cohesión Territorial y Derechos Sociales con un 65%… Y así un departamento tras otro.
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La administración no ha hecho más que crecer y el problema más que agravarse desde la publicación de estos datos. Más allá de todos los agraciados, no se aprecia ningún beneficio para el funcionamiento de la administración y para el ciudadano con esta proliferación de jefaturas. Por el contrario, la estructura burocrática de la administración cada vez es más cara y cada vez funciona peor.
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https://www.infoadm.org/14-lab/8312-jefaturas-en-la-administracion-del-gobierno-de-navarra-dossier
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4 respuestas
Díganme ustedes que los bomberos, enfermeras, conductores de autobús y celadores de hospital no pueden ser personal contratado como ya lo son los basureros que ninguno es funci todos van por subcontratas. En España falta una revolución que se acabará haciendo guste o no guste a los de la izquierda y extrema izquierda
Para quien conozca algo la administración pública y el régimen de función pública el problema de la libre designación de jefaturas es el menor de los que aquejan al sistema. En síntesis podría decirse que el régimen de función pública no está basado en el postulado de la mejor prestación de los servicios públicos y la más satisfactoria atención a los ciudadanos. Por el contrario, el precipitado histórico de la normativa funcionarial ha acabado por arrojar un sistema fundado preferentemente en la más amplia y eficiente garantía de los intereses del funcionariado, de tal forma que:
1°la inamovilidad en el puesto de trabajo es absoluta y el rendimiento ,prácticamente irrelevante.
2°la retribución está absolutamente desconectada del rendimiento o productividad. Además, el conjunto de la retribuciones se establecen con criterios ajenos por completo al mercado y la competencia.
3°frente a la elasticidad en la demanda de servicios públicos, las plantillas de personal público son enteramente rígidas y no se contemplan sistemas de adaptación a las necesidades existentes. Por lo general su sobre dimensiónamiento es algo recurrente.
4°el establecimiento de jefaturas en los diversos servicios a menudo responde muy poco a las necesidades organizativas. Simplemente, dada la rigidez del sistema retributivo, designar a alguien jefe de sección o de negociado es una forma de retribuirle de forma adicional. Sin exageración puede decirse que sobran las dos terceras partes de estas jefaturas.
En el contexto actual, por tanto, establecer jefes de sección y negociado inamovibles indefinidamente o por un largo periodo de tiempo establecido es incrementar el problema de la ineficiencia del servicio público.
Que la administración pública es extraordinariamente costosa e ineficaz prácticamente salta a la vista para todos. Pero expongamos dos notas bien llamativas.Una, el coste por alumno en la escuela pública casi duplica al de la concertada.Otra, que alguien saque la cuenta de los empleados públicos despedidos en la administración foral o en las de los entes locales en los últimos 40 años: si alguno hay, los podríamos llevar en una carretilla.
Y añado algo más a lo anterior. Si algún millonario quiere premiar a alguien con un regalo envenenado que le monte una empresa en el sector más rentable y establezca como condición que todo su personal se regirá por la normativa funcionarial.!Ay de quien aceptar este regalo!
Al amiguismo se le suma el enchufe político. Un desastre.