Davos 2024: a la ausencia de críticas la llamaremos felicidad

Como todos los años por estas fechas tiene lugar en Davos la reunión del Foro Económico Mundial, el de la Agenda 2030, el que nos dice que no tendremos nada y seremos felices, al que acuden los mandatarios de todo el mundo a mostrar pleitesía y adhesión.

Sin duda esta es una cuestión a la que no prestamos bastante atención. Suponiendo que alguna vez hemos vivido en una auténtica democracia, ¿seguimos viviendo en ella aún? ¿Hacia qué tipo de dictadura global nos estamos encaminando? Porque los signos están ahí, no se pueden negar.

X

Es evidente que hay personas tendentes a la paranoia incapaces de explicar nada sin acudir a una buena teoría de la conspiración. A veces la teoría no es muy buena y sus maquiavélicos protagonistas casi nunca están a la altura de la terrible conspiración. O sea, no es fácil concluir que estamos siendo gobernados desde la sombra por un pequeño grupo de genios supervillanos. Por el contrario, hace tiempo que el mundo parece más bien estar dirigido por un grupo de asnos. Nuestros villanos no suelen estar en general a la altura de las elaboradas conspiraciones que a menudo les estamos atribuyendo.

No obstante lo cual hay una serie de cosas que resultan de lo más llamativas, por ejemplo, que un pin de la Agenda 2030 lo mismo lo pueda llevar Felipe VI, que Pedro Sánchez, que Ione Belarra o que Moreno Bonilla. ¿Cómo puede ser? ¿Cómo se pueden presentar estos personajes a unas elecciones desde posturas y programas teóricamente antagónicos si después resulta que todos tienen un programa y una agenda común? Y esto no es una conspiranoia, las fotos están ahí.

X

De hecho, a lo que vamos a asistir en las próximas horas es al desfile por Davos de casi todos los líderes mundiales sea cual sea su nacionalidad y filiación. ¿Cuál es entonces la mentira? ¿Que todo es una paranoia o que existe un gobierno global que nadie ha elegido en Davos y que todos los dirigentes del mundo están por debajo de ese gobierno?

A Davos van a acudir lo mismo Pedro Sánchez que Guterres o Macrón, pero lo que sale de Davos no lo deciden Sánchez, Guterres o Macrón. Ni siquiera Biden es el que toma las decisiones de lo que sale de allí. La reunión de este año es la 54 reunión anual del Foro de Davos. Biden, Sánchez o Macrón son sólo marionetas que ahora están y luego no están. ¿Quién escribe entonces la Agenda? ¿Quién tiene el poder real? Todos los demás sólo se ponen el pin.

A este respecto tampoco es que los dirigentes del mundo se oculten mucho para desmentir la paranoia. Es decir, ninguno sale de su dormitorio sin lucir el pin de la Agenda 2030 en su solapa y allá que van todos con sus aviones oficiales a Davos, a confirmar la transición energética, la restauración de la naturaleza, el fin de la propiedad privada, el degrowth, el aborto, la ideología de género, el intervencionismo estatal, los alimentos sintéticos, la cancelación del automóvil, la censura global…

Apenas prestamos atención a la Agenda de estos señores, pero en realidad no podemos decir que no nos estén avisando. Nos están anunciando un futuro próximo en el que no tendremos nada en propiedad, en el que la agricultura y la ganadería estarán casi suprimidas, en el que comeremos gusanos y hamburguesas sintéticas, en el que la pobreza no será un mal a erradicar sino un objetivo a generalizar porque la pobreza es sostenible y la prosperidad no. En el que no tener nada será la consecuencia de que todo sea redistribuido por el gobierno. Pero a cambio seremos felices, aunque tampoco nos podremos quejar porque para salvaguardar que nadie pueda poner en riesgo el funcionamiento de ese mundo tan ecosostenible y maravilloso estará limitada la libertad de expresión. A la ausencia de críticas la llamaremos felicidad.

Podría pensarse que todo lo anterior es una exageración, pero el hecho es que en realidad todo es público. Para comprobarlo basta con acudir a la web del Foro Económico Mundial, a su cuenta de Twitter, o sin irnos tan lejos a la web del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, porque como todos los países del mundo tenemos un ministerio de Agenda 2030 o una instancia similar. El logo 2030 aparece omnipresente en toda la imaginería del estado o de las empresas del IBEX, como seguramente ocurre en todos los países, pero es que ese logo nos persigue ya hasta en los yogures. No es una agenda, es una nueva religión, y no es una religión optativa.

La pregunta respecto a todo lo anterior es quién ha votado todo eso. Quién ha decidido que el futuro tenga que ser así. No ya sólo los objetivos de la Agenda 2030 sino cómo conseguirlos. A quién obedecen todos los líderes mundiales que desfilan por Davos. Desde dónde se toman las decisiones. Qué es lo que todavía pueden decidir por su cuenta países como España. Quién manda aquí. Dónde está el centro de control. Qué porcentaje de nuestra libertad no es todavía ficción.

X

Compartir este artículo
  • Navarra Confidencial no se responsabiliza ni comparte necesariamente las ideas o manifestaciones depositadas en las opiniones por sus lectores. Cada usuario es único responsable de sus comentarios
  • Los comentarios serán bienvenidos mientras no atenten contra el derecho al honor e intimidad de terceros, puedan resultar injuriosos o calumniadores ,infrinjan cualquier normativa o derecho de terceros , empresa, institución o colectivo, revelen información privada de los mismos, incluyan publicidad comercial o autopromoción y contengan contenidos de mal gusto.
  • Se procurará evitar en lo posible los comentarios no acordes a la temática publicada
  • Navarra Confidencial se reserva el derecho de eliminarlos

Información sobre protección de datos

  • Responsable: Navarra Confidencial
  • Fin del tratamiento: Controlar el spam, gestión de comentarios
  • Legitimación: Tu consentimiento
  • Comunicación de los datos: No se comunicarán los datos a terceros salvo por obligación legal.
  • Derechos: Acceso, rectificación, portabilidad, olvido.
  • Contacto: info@navarraconfidencial.com.

Suscríbete a nuestro boletín