¿Cuántas hembristas tenemos en el gobierno y en los partidos políticos?

Sin necesidad de entrar en su extraña deriva de los últimos tiempos, lo cierto es que Macarena Olona publicó ayer un tuit llamativo, refiriéndose a la aceptación oficial por parte de la RAE de la palabra “hembrismo”, como reflejo en el espejo femenino de algunos o todos los males del machismo.

No sabemos en qué momento exacto la RAE ha dado cabida en su Diccionario a la palabra “hembrismo”, pero lo cierto a tenor del tuit citado es que en 2018 todavía no se había reconocido la palabra y que ahora, si consultamos el Diccionario online de la RAE, sí que aparece la expresión:

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Aparece asimismo, lógicamente, el adjetivo “hembrista” y su correspondiente definición.

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Ya podemos hablar por tanto con propiedad del posible hembrismo de tal o cual ministra o del hembrismo de la dirigente de tal o cual partido. Puede ser justo o injusto, pero no es gramaticalmente incorrecto.

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Lo cierto es que más allá de la cuestión lingüística salta a la vista la necesidad de la palabra. La constante crimininalización del género masculino no es feminismo, es hembrismo. Cuando se dice que hay que reeducar y prácticamente reprogramar a todos los hombres, como si todos los hombres fueran portadores de una tara; eso no es feminismo, es hembrismo. Cuando resulta inaceptable afirmar que si cierta señora dice tal o cual cosa es porque tiene la regla, pero en cambio se puede hablar de la testosterona de los hombres para explicar todos los males del mundo, eso no es feminismo sino hembrismo. Y así podríamos seguir hasta el infinito.

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La propia utilización de la palabra “feminismo” como equivalente de “igualitarismo” resulta sin embargo difusa, aunque la reconozca la RAE. Un hombre igualitarista debería poder ser llamado entonces “masculinista”. Machista si es partidario de la superioridad del hombre y masculinista si es partidario de la igualdad. Lo mismo que a una mujer se le llama feminista si es defensora de la igualdad y hembrista si se cree superior a los hombres. No tiene mucho sentido que un hombre que se cree superior sea machista pero si se cree igual en derechos tenga que ser tildado de feminista. Lo cierto es que seguramente tiene tanto sentido la palabra “hembrista” como la palabra “machista” pero tan poco la palabra “feminista” como la palabra “masculinista”, por no usar para ambos géneros -ya puestos- una palabra común como “igualitarista”, que aún así también se presta a confusión.

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Sea como sea tenemos el diccionario cargado y sabemos usarlo. Que tengan cuidado todos los machistas.. y ahora también las hembristas.

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2 respuestas

  1. Lo que es alucinante es la cantidad de mujeres que se creen superiores a los hombres por el mero hecho de ser mujer cuando en realidad son gente normal tirando a mediocre. Si cometen un error garrafal que las deja en evidencia entonces culpan al machismo.

    La realidad es que solo una de cada diez mujeres tiene nivel para trabajar a nivel ejecutivo el resto son un desastre en el medio y sobre todo largo plazo. ¿Cuántas ejecutivas hay en las empresas privadas?

  2. Este colectivo de “feministas militantes”, que reciben la mayor parte de la publicidad y militan en la extrema izquierda, persistentemente relacionan la supuesta opresión de la mujer con el patriarcado, rechazan la igualdad y la integración y exigen un cambio radical en la sociedad. Piden la abolición revolucionaria del supuesto dominio masculino y de su supuesto corolario, la familia. Dando muestra de un odio hacia los hombres profundamente arraigado, y que apenas disimulan, estas mujeres quieren comunas solo para mujeres, niños administrados por el Estado, bebés probeta o simplemente la “castración de los hombres”. Están muy lejos del sentir de la mayoría de las mujeres. Los ciudadanos con sentido común conscientes de que la sociedad se compone de hombres y mujeres, simplificando, de personas racionales, pensamos que es la igualdad de oportunidades lo que debe imperar en la sociedad, sin sexismos, sin preferencias ajenas a la propia valía de la persona (ideológicas, amiguismo, etc.). A nivel de relación las mujeres y los hombres saben buscar su equilibrio social y familiar, los estándares que buscan tienen mucho que ver con: el carácter de la persona, que comparta contigo algunos de los valores más esenciales, sus aspiraciones, que tenga sueños que sean consonantes con los tuyos y que te apoye en la consecución de tus metas; que busque un camino parecido al tuyo en la vida.

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