Son muchas las noticias de cada día que seguramente no obtienen la atención que merecen y que su importancia no guarda relación con el espacio y el tiempo que les dedican los medios. Un buen ejemplo de ello es la muerte de un detenido negro en los EEUU tras recibir una paliza por parte de 5 policías… negros.
Tyre Nichols: Memphis lidia con la violenta y mortal detención de un joven negro a manos de policías negros https://t.co/nWCZmnTm33
— BBC News Mundo (@bbcmundo) January 28, 2023
Hay muchas razones por las que esta noticia resulta no sólo jugosa y comentable, sino importante.
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Respecto a lo primero, si un detenido puede morir a manos de varios policías negros cabe poner en cuestión todas las acusaciones de racismo si es a manos de policías blancos cuando muere un detenido. O sea, no parece lógico pensar que los policías negros hayan matado a golpes al sospechoso por considerar inferiores a los negros. No toda la brutalidad policial se tiene que explicar por el racismo. Hay brutalidad policial de policías blancos a detenidos blancos y, como vemos, de policías negros hacia detenidos negros. Pero entonces, ¿por qué cuando unos policías blancos agreden o matan a un detenido no se admite otro diagnóstico que el racismo?
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Además de paradójica esta noticia es importante porque, como casi todos vamos olvidando, la muerte de un negro a manos de varios policías blancos significó en mayo de 2020 no sólo la eclosión del movimiento Black Lives Matter, sino una oleada de violencia por todas las ciudades de Estados Unidos y una campaña contra Trump ante la que palidecen no ya el asalto al Capitolio al final de su mandato, sino las manifestaciones de los bolsonaristas o hasta la revuelta golpista de la extrama izquierda peruana que está teniendo lugar en estos momentos.
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Es decir, tenemos un mismo hecho, la muerte de un detenido a manos de unos policías, cuya muerte se usa en función del color de la piel de los policías y en función de la ideología del presidente, para prenderle fuego al país o para que no pase nada. Obviamente desde que Biden llegó a la Casa Blanca ha habido multitud de muertes de sospechosos negros a manos de la policía estadounidense, pero como ya estaba en el gobierno la izquierda las black lives importaban un poco menos que cuando gobernaban los republicanos, al menos en términos de protestas. Si cuando sucede una cosa gobernando la derecha se incendian las calles, y cuando gobierna la izquierda sucede esa misma cosa y no pasa nada, no parece muy aventurado concluir primero que lo que determina el incendio de las calles no es la cosa en sí que sucede, sino su utilización política, y segundo que quien incendia las calles para llevar a cabo esa utilización es la izquierda. La izquierda cada vez es más violenta y más antidemócrata. Cada vez es más arriesgado no ser de izquierdas. Cada vez es más difícil que haya tranquilidad en las calles si no gobierna la izquierda. Y esto no pasa sólo en España, está sucediendo en todo el planeta.
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