En un momento en que los partidos en el poder parecen muy preocupados por la calidad y la fiabilidad de la información que se publica, tal vez sería pertinente que antes de nada se preocuparan por la calidad y la fiabilidad de la información que ellos mismos han publicado desde el gobierno. En primer lugar por una cuestión de legitimidad, no le puedes señalar el bulo al vecino sin denunciar y pedir antes perdón tú por tus propios bulos. En segundo lugar porque la mala información hace mucho más daño cuando la publica el propio gobierno por canales oficiales, a los que se les presupone una fiabilidad mayor que a lo que divulga una cadena de televisión o un digital.
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En este sentido, resultan muy llamativas las medidas de seguridad que propone actualmente el gobierno si recordamos lo que decía de esas mismas medidas hace sólo unas semanas. El caso de las mascarillas es un buen ejemplo de ello. Hace muy pocas fechas el Gobierno de Navarra nos aseguraba que llevar mascarillas era como ponerse un casco de rugby para jugar al ping pong, y que por el tipo de virus que era el coronavirus no servía para evitar los contagios durante la vida normal. La pregunta, si al final resulta que sí que son útiles, es cuántos contagios y cuántas muertes se podían haber evitado si se hubiera apostado desde el principio por las mascarillas, y qué responsabilidad tienen entonces nuestras autoridades por este tipo de mensajes que enviaron a la sociedad.
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El caso que acabamos de ver no es ni mucho menos un caso único. Este otro anuncio del Gobierno de Navarra recomendaba que todos aquellos que venían de zonas de riesgo o HABIAN ESTADO EN CONTACTO CON PERSONAS INFECTADAS hicieran vida normal, con su familia, con sus amigos, con sus compañeros de trabajo o en el colegio. Este anuncio, para que se hagan una idea del desastre, estaba colgado a mediados de marzo de la web oficial del Gobierno de Navarra “informando” sobre el coronavirus:
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¿Nos van a intentar vender que esta “información” catastrófica que se ha estado dando desde la administración es culpa de los recortes del PP o del judaísmo internacional? Una vez más la pregunta es quién se hace responsable de esto. ¿Sánchez? ¿Chivite? ¿La consejera de Salud? ¿Nadie? Y ahora, ¿en manos de quién estamos? ¿De los mismos o han cambiado de “expertos”? Por supuesto no cabe delegar la responsabilidad política en los expertos. Los gobiernos pueden recurrir a los expertos para asesorarse. Normalmente no todos los expertos dicen lo mismo. Pero cuando el gobierno hace suya la decisión de los expertos a los que ha consultado pasa a ser responsable el gobierno. Son muchos muertos y contagiados para que nadie responda por lo mal hecho. Para que reconozca errores. Para que pida perdón.
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Un comentario
Pero aquí ningún político dimite (¿donde iban a ir, los pobres?) ni a los «expertos» se les echa. Tampoco, estoy seguro, se creará una comisión de investigación parlamentaria como la que le «almacenaron» al gobierno Barcina azuzada por los «investigadores de kontuz». Ahora quien más quien menos tiene su pesebre y lo demás, cuento.
Por otro lado, me hace mucha gracia, a la vez que me tiemblan las piernas, lo de los «expertos». ¿Puede haber expertos en una cosa que, dicen, es completamente nueva y desconocida?