No sé si en algún sitio está escrita la lista de cosas que constituyen un crimen ecológico. Seguramente no, porque la lista sería infinita. Además, habría que escribirla en un papel, que para obtenerlo habría que talar un árbol, lo cual ya sería un crimen ecológico… vaya lío. Sin embargo, sabemos que hacer una carretera es un crimen ecológico. O poner unos raíles en el suelo. No digamos construir un pantano. En realidad, cualquier cosa que hagamos es un crimen ecológico. Es imposible que los humanos hagan algo sin alterar el ecosistema de algún modo. Edificar una casa es un crimen paisajístico. Podríamos vivir en una tienda hecha con pieles. ¿He dicho pieles?: ¡crimen de nuevo! En cuanto pasamos del paleolítico al neolítico, y comenzamos a cultivar tierras y criar ganado, y por tanto también a crear asentamientos y núcleos urbanos, empezamos a cargarnos el planeta. O volvemos al paleolítico o nos cargamos la naturaleza. Lo cierto es que, para que la actividad de la especie humana fuera totalmente respetuosa con el medio ambiente, la única medida realista, radical y eficaz sería la extinción de la propia especie humana. Claro que la extinción de la especie humana, como parte de las especies que pueblan el planeta, sería también un atentado y un crimen ecológico… Yo no sé cómo se las apañan al final los ecologistas para no atentar contra la ecología sin atentar contra sí mismos, o para ducharse con agua caliente o conectarse a internet sin caer en la pura contradicción. Igual es que se conectan 5 minutos y desconectan otros 5 y a eso le llaman navegación sostenible. Yo lo que he decidido es hacerme facha. Así yo puedo ducharme con agua caliente y ellos echarme la culpa cuando se duchan ellos.Todos contentos.