Mira que es una cosa curiosa, tradicional, castiza y original y sin embargo el «miércoles de ceniza» no consigue tener el mismo éxito mediático que consiguen ultimamente otros ritos como el inicio del ramadán o la movida carnavalera. Tal vez muchos de nuestros lectores no sepan por ello que el pasado miércoles se celebró en el corazón de Pamplona una modesta pero interesante procesión que sacó a pasear en estos tiempos de cristofobia un santo Crucifijo de enormes dimensiones. A pesar de la lluvia la Hermandad de la Pasión del Señor llevó a la Catedral el paso del Cristo Alzado, para una Misa solemne de inicio de la Cuaresma, acompañado de la siguiente comitiva: hermano guión, cohorte de romanos, banda de tambores de la Hermandad (recién reconstituida), Junta de la Hermandad, portadores del paso y cientos de pamploneses, algunos con cirios. Es normal hasta cierto punto que los que ya se lo saben todo y los expertos en rollos anticlericales tipo código da Vinci pasen del tema. Pero que dejándose llevar por la vanguardia progre dejen algunos medios de informar como Dios manda no es de recibo. Hay que contar la verdad: y a esas horas, en Pamplona, nadie congregaba tantas personas en la calle como la citada procesión. A esas horas, con la que está cayendo, cientos de pamploneses se paseaban con una cruz de grandes dimensiones para escándalo de los idólatras del vacío. No me digan que eso no es noticia.
Un comentario
D. Jerónimo. Algo debe cambiar en la Iglesia Navarra para que los fieles de la misma nos enteremos de estas cosas. Le aseguro que las parroquias que frecuento nadie dijo nada al respecto. Ya se que Pamplona es una ciudad inmovilista en la que no hace falta avisar de las cosas «porque siempre han sido así y así seguirán siendo» pero cada vez estamos más «inmigrantes» aquí que desconocemos esos secretos.
Mira que me cabrea que mi vecina salga siempre en el periódico y el Cristo Alzado nunca… No deje de avisarnos de estas tradiciones, que ya se las contaré yo a mi vecina.