Mal va la cosa cuando la cosa tiene que ser celebrada con una manifestación reivindicativa, con un monumento, o hasta con el recuerdo de su definición de toda la vida. La familia, más que ir mal, que va como siempre, está sufriendo los embates de una ideología ciega que quisiera vernos a todos desmadrados, individualizados hasta el extremo, solos frente al poder totalitario de un Estado muy justo y muy paternal, pero demasiado grande y frío como para emocionar a nadie. Supongo que no hay más remedio que responder a esos ataques, pero no deja de ser triste tener que responder para explicar lo evidente. Si no fuera por las familias estaría todo patas arriba. Me temo que los ideólogos del individualismo y del relativismo no se dan cuenta porque prefieren la brillantez de su teoría ideológica a la simple y humilde verdad cotidiana. Prefieren contemplar el desfile brillante de los técnicos de igualdad y otras nuevas guardias hitlerianas a resignarse con la mediocridad humana de las familias de carne y hueso. No saben lo que hacen. Pero cada vez somos más lo que lo sabemos.
Un comentario
Don Jerónimo, coincido con Ud. Pero no se puede decir que el estado español sea totalitario, sin que las víctimas de Hitler, Stalin, Mao, Fidel y otros muchos que no puedo incluir por falta de espacio (pero que no se me ofendan) se remuevan justificadamente en sus tumbas.
Más que reaccionar «contra» el estado omnipotente, las megacorporaciones, los media, mis odiados publicistas, el laicismo, individualismo y otros «ismos» que tenemos que integrar sanamente (todos tienen algo que podemos aprovechar)… tenemos que reaccionar nosotros. Debemos coordinarnos para hacernos crecer como personas, individual, social, colectivamente, superando nuestras pequeñas contradicciones, el miedo cerval al ridículo, a destacar… a pensar.