> N.C. En los últimos días se habla de que el famoso “proceso de paz” está entrando en una fase de enfriamiento. Hemos conocido varios desencuentros a través de los medios, se han agudizado las amenazas del entorno de ETA e incluso han regresado los actos terroristas. Ante este panorama, el corresponsal político de El Diario Vasco, Alberto Surio, que posee un gran conocimiento y experiencia sobre la política de la CAV, ha reunido datos para afirmar que la negociación está cercana al punto muerto. “A los seis meses del alto el fuego, dos concepciones sobre el diálogo parecen colisionar en vísperas de la primera reunión oficial entre representantes del Gobierno y ETA”. Considera el periodista que las denuncias de paralización que realizan los de Batasuna, sumadas a la preocupación del PSOE por el incremento de mensajes y acciones radicales, hacen pensar que el supuesto comienzo de las conversaciones en serio no goza de las condiciones deseadas. “Todo sigue en el aire en una hora crítica en la que hay que tomar decisiones para que «la bicicleta no se pare», en expresión de uno de los conocedores de los entresijos del «proceso»”. Aunque como era de esperar, el Presidente Zapatero manifiesta confianza y tranquilidad ante la negociación, crece la inquietud en los demás líderes políticos. “ETA y la izquierda abertzale aún no han renunciado a pensar que el final del terrorismo debe ir unido a una serie de garantías respecto al proceso político, basado en la superación del marco jurídico estatutario y en el reconocimiento pactado del derecho de decisión y en la territorialidad de Euskal Herria. Es decir, entienden que no se trata de un proceso de paz, sino de un proceso de resolución de un conflicto político en el que ETA irá dando pasos en la medida en la que éste último vaya dando resultados tangibles”. Lo peor de estas circunstancias, a juicio del periodista, es que el frágil acuerdo que se logró en el seno de ETA para dejar de matar puede estar en peligro si los terroristas llegan a la conclusión de que el Gobierno pretende desarrollar un plan de disolución similar al que hubo con la rama político-militar en los años ochenta. Mucha confianza hay que tener para seguir creyendo que este tejemaneje terminará bien. Quien con terroristas se acuesta…