La teoría es sencilla y la izquierda la esgrime permanentemente cuando defiende subidas de impuestos. La presión fiscal española (el PIB/recaudación) es del 32,5%, bastantes puntos menos que la alemana (40%) o la de los países nórdicos (alrededor del 45%). Si nuestro PIB ronda el billón de euros y la presión fiscal se igualara a la alemana, la recaudación se incrementaría en unos 75.000 millones de euros, con los que se podría pagar de sobra el estado del bienestar sin necesidad de acometer recorte alguno. Lo que ocurre es que la realidad no es tan sencilla como propone este esquema.
Por un lado, la presión fiscal española ha bajado estos años. De hecho, la presión fiscal española en 2007 era del 38%, casi como la alemana. Sin embargo, los impuestos no sólo no han bajado desde 2007 sino que han subido. ¿Cómo es posible esto? Pues sobre todo por dos motivos. Por un lado porque no siempre que se suben los impuestos aumenta la recaudación, sino que esta puede reducirse. Esto sucede cuando unos impuestos demasiado altos estrangulan la economía. Por otro lado porque hay cosas que no computan para el PIB (la venta de casas y coches usados, por ejemplo) y que sin embargo sí computan para la recaudación. El desplome del mercado de vivienda usada no afecta al PIB pero sí a la recaudación, por lo que como la presión fiscal es el PIB/recaudación, la recaudación baja más que el PIB y la presión fiscal cae.
No obstante, para entender que poner la misma presión fiscal a los españoles que a los alemanes puede sonar bien, pero es un disparate, seguramente resulta más ilustrativo el siguiente dibujo.
Los muñequitos que van a ver a continuación representan en realidad a los salarios. Según el salario es mayor o menor, también lo es el tamaño del muñeco de cada país. ¿Qué pasa si llenamos una piscina de agua hasta un determinado nivel y metemos después en ella a los muñecos? Pues que aunque el nivel del agua es el mismo para todos, la situación de cada muñeco es totalmente distinta. Y es que es muy distinto pagar un 40% de impuestos cuando tu salario es de 53.000 euros (Dinamarca) o de 45.000 euros (Alemania) que cuando es de 26.000 (España). Técnicamente esto se llama esfuerzo fiscal y el de los españoles es de los mayores del mundo. Mientras los salarios de los españoles sean mucho menores que los de los alemanes o los daneses, pretender que la presión fiscal sea la misma es absurdo, porque el español se ahoga donde al danés el agua le llega a la cintura.
2 respuestas
España vagón de cola
Hay mucho nazionalista bocazas hablando de cosas que le vienen grandes, porque si hablamos de pagar impuestos, los impuestos los pagan las personas, no los territorios. Si entonces gritan algunos que «Espanya ens roba» (aparte del hecho que fueran los Pujol y el nacionalismo en general) lo que vienen a decir es que en Cataluña hay más ricos que la media y por eso se recauda más, y eso se «solucionaría» bajado los impuestos a los ricos de Cataluña, que no va a ser, o que los ricos de Cataluña se vayan a otras partes de España, que es más factible con la cantidad de empresas que se siguen yendo.
Y eso, con una misma ley fiscal. Pero puede haber territorios con leyes fiscales distintas, y la que menos paga, por decirlo así, es el «Cupo Vasco», así que más les valdría mantenerse callados.