> N. C. Los últimos acontecimientos de la vida municipal de Orcoyen hacen que esta localidad cercana a Pamplona se haga cada vez más tristemente célebre. Prueba de ello es que los Plenos del Ayuntamiento, con Casimiro Larrea como estrella residente, tienen cada vez más asistencia, tanto de público como de medios de comunicación. Al último Pleno, celebrado el pasado día 29, asistió casi una docena de personas. Como es sabido, el alcalde ha abandonado su militancia en Izquierda Unida, pero parece que quiere continuar con su carrera política, aunque no se sabe en qué lista concurrirá. De momento, se preocupa por sembrar votos y sigue con su política de subvenciones para tener contento al electorado. Por ejemplo, el día 29 otorgó rápidamente una ayuda de 8.000 euros para las fiestas de un barrio del pueblo del que espera obtener buena ganancia electoral. No trata tan bien a otros barrios, pues los vecinos de la calle San Miguel sospechan que fue el propio primer edil el que hace unos días pidió a la Policía Foral que multara a quienes no tenían bien estacionado su vehículo en la vía, una calle que aún no cuenta con su ordenación definitiva. Por supuesto que Larrea ha negado tal acusación. Su talante democrático también se reafirmó en el citado Pleno cuando un miembro del grupo independiente, Fernando Suescun, pidió su dimisión. Sin molestarse en debatir la propuesta, el alcalde se limitó a contestar rápidamente : “¿Alguna pregunta más? Suponemos que no será tan altivo ante el juez cuando llegue el momento.