¿No está usted de acuerdo con que se les induzca en clase a sus hijos a cuestionarse su heterosexualidad y su identidad de género? ¿No desea que la profesora les anime a masturbarse y poner su experiencia en común con el resto de alumnos? ¿Rechaza que sus hijos se den masajes con los demás alumnos de uno y otro sexo explicándose dónde y de qué manera les gusta que les toquen? ¿No entiende que puedan ir a manifestaciones feministas como parte de una actividad escolar? ¿Desea en general que no sean educados como si fueran hijos de Elisa Beni y Julia Otero? Pues existe una alternativa, para el caso de que las urnas no impidan este despropósito, que es la objeción de conciencia. Un derecho fundamental que pueden utilizar como último recurso todas las familias.
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A este respecto, el PPN ha solicitado al Gobierno de Navarra que reconozca y favorezca el ejercicio de este derecho, para lo que va a solicitar próximamente la comparecencia parlamentaria de Uxue Barcos.
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Ante la denuncia de algunos padres, a los que en el algunos centros se les está denegando la objeción de conciencia y ni siquiera se está informando de los horarios de las clases, Ana Beltrán ha señalado que “los padres tienen el derecho a saber cuándo se van a impartir contenidos de SKOLAE en sus centros para decidir si sus hijos asisten o no a la clase”.
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La cuestión de la objeción de conciencia tuvo un recorrido vidrioso en los tribunales a cuenta de la asignatura Educación Para la Ciudadanía, respecto a la cual la Justicia, en medio de diversas sentencias controvertidas y con votos particulares, evitó reconocer el derecho a la objeción como respecto a otras cuestiones, como el servicio militar, el aborto o, más recientemente, la venta de la píldora del día después. Pero sin embargo, como recuerda el PPN, también determinó que aquella asignatura no autorizaba a la administración a “imponer o inculcar, siquiera de manera indirecta, puntos de vista determinados sobre cuestiones morales que en la sociedad española son controvertidos”, cosa que evidentemente sucede con los contenidos de SKOLAE. Los pronunciamientos de los altos tribunales, por otro lado, bien es sabido que resultan tan volubles como las mayorías políticas de las que su composición es reflejo, por lo que ninguna batalla se puede dar por perdida a este respecto.
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Entre algunas familias, en todo caso, ya está circulando el siguiente modelo imprimible de solicitud de objeción de conciencia, que puede ser el siguiente paso en la defensa de la libertad educativa frente a la imposición de SKOLAE.
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