> N.C. Según hemos sabido, los directivos de Diario de Navarra estaban tan perdidos como los demás medios a la hora de acertar con el candidato del PSN al Gobierno de Navarra. Aunque su candidato preferido era Fernando Puras, pensaban que su supuesto compromiso con el actual estatus de Navarra lo convertía en alguien inadecuado para la dirección del PSOE. Por ello, pensaban que la elegida sería María Jesús Aranda, más dócil a los imperativos de Ferraz, pero ya se ve que erraron en sus pronósticos. Más allá del candidato, el periódico considera que el escenario electoral es muy incierto. Por una parte, no descartan que surja un posible Gobierno de coalición de izquierdas, a semejanza de lo que ha ocurrido en Cataluña y Galicia. Se muestran partidarios de que UPN y PSN formen equipo de gobierno y a eso dedicarán sus esfuerzos editoriales, aunque son conscientes de que es difícil que el PSOE o el PP permitan tal pacto, puesto que podría perjudicar sus respectivos intereses electorales en el ámbito nacional. En cuanto a UPN, pese a las declaraciones triunfales de Miguel Sanz y sus consejeros, sí comparten la idea de que el actual Gobierno de Navarra esta agotado. No existe sintonía entre Sanz y buena parte de sus consejeros y, sobre todo, piensan que el Presidente sufre el síndrome de los estadistas, que suele aparecer cuando llevan unos cuantos años en el poder: está aislado de la realidad inmediata, sólo escucha a quienes le adulan y cree que su figura está por encima del bien y del mal. ¿Les suena? Da la impresión de que ni el Diario, garante de las esencias navarras desde hace más de cien años, tiene claro hacia qué horizonte político apuntar. Lo cierto es que en su editorial sobre Puras parecía estar pidiendo al candidato que facilitara unas mínimas credenciales para apoyarle o, como mínimo, no entorpecer su carrera electoral.