“Operación Arca”, con este significativo nombre que las nuevas generaciones de escolares españoles ya no entenderán los británicos han sacado en avión de Afganistán más de 200 perros y gatos de un refugio animal. El refugio había sido creado en Afganistán por un ex royal marine que se negó a salir del país abandonando a los animales y a los empleados. El caso es que al final los más de 200 animales fueron evacuados junto a Pen Farthing, el dueño del refugio, en un avión privado en el que acabaron sobrando espacio y asientos.
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Los soldados británicos ayudaron a cargar en el avión 25 kilos de comida, 270 litros de agua, 12 rollos de papel tamaño industrial y 20 botellas de desinfectante para los pasajeros cuadrúpedos. El avión, al final, según publican los medios despegó dejando atrás a los 24 empleados afganos.
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La bochornosa evacuación de casi dos centenares de perros y gatos desde Afganistán https://t.co/eVZRqez5vQ
— El Periódico (@elperiodico) August 30, 2021
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La operación, que a priori recibió un apreciable apoyo mediático, a posteriori en cambio ha encendido un vivo debate social y político, porque a la par que se evacuaba a estos animales quedaban atrás dejados a su suerte más de un centenar de ciudadanos británicos y más de 1.000 colaboradores susceptibles de ser represaliados. Un intérprete afgano evacuado se preguntaba por qué su hija pequeña había tenido que quedar atrás y si es que valía menos que un perro.
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Incluso asumiendo que los británicos hubieran sacado a toda su gente, seguiría siendo un escándalo que un avión saliera medio vacío y llevando gatos y perros mientras se vendía a su suerte a muchos afganos cristianos, o que habían colaborado con el Ejército de España u otras fuerzas occidentales. Decimos que los talibanes son la barbarie frente a la civilización, pero en realidad nosotros a lo mejor ya no somos la civilización sino el desmoronamiento de la civilización.
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Podría parece un suceso anecdótico, pero de hecho no lo es. Hay mucha gente que incluso a la luz de esta noticia sigue sin poner a los animales por debajo de las personas. El responsable de tomar la decisión de dejar salir ese avión lleno de perros mientras dejaba atrás a personas seguramente es que primero él mismo no tenía muy claro que las vidas de las personas valían más que las de los animales, y segundo probablemente tampoco tenía claro que se le fuera a criticar más, o que fuera a perder más votos, por salvar a los animales en vez de salvar a las personas. Todo esto no habría sido por tanto posible en una sociedad moralmente sana, sino en una en la que ya todo resulta dudoso, arriba es abajo. bueno es malo y los cimientos morales están carcomidos. No hablamos por tanto de una anécdota, sino de un síntoma. Irónicamente este desastre es fruto de una nueva forma de entender el mundo que se pretende moralmente más sensible y superior, con los resultados que contemplamos.
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