Muchos lectores de Diario de Navarra probablemente leyeron el domingo la noticia de que la intervención de un vecino de Cortes había detenido una agresión sexista. Los hechos, sin embargo, tuvieron lugar en el mes de mayo, cuando en una vivienda de la localidad una mujer empezó a gritar pidiendo ayuda porque la estaban agrediendo. El vecino que después se convirtió en ciudadano ejemplar llamó al 112, pero según pasaban los minutos, la policía no hacía acto de presencia y continuaban las demandas de auxilio de la mujer, este vecino decidió empezar a aporrear la puerta de la vivienda y exigir que saliera la mujer. Al cabo de un rato la mujer apareció en la puerta asegurando que todo iba bien, contra toda apariencia puesto que además de todas las peticiones de auxilio previas presentaba heridas y parecía aturdida. El avispado vecino decidió entonces evitar que la mujer volviera a entrar a la casa, la convenció de que saliera y le dio refugio en su propia vivienda, donde sintiéndose más segura y acompañada de más vecinos la mujer explicó que su pareja la estaba estrangulando, que se detuvo al escuchar los golpes del vecino en la puerta y que su agresor, cuando estaba ya medio asfixiada, la espabiló echándole agua en la cabeza para que saliera a decir que todo iba bien y que se marcharan.
X
Y entretanto, ¿dónde estaba la policía?
X
Un a vez que ya había sucedido todo lo relatado y la mujer estaba siendo refugiada en el piso del vecino, se presentó en la casa del agresor el alguacil de Cortes, que fue al que avisó el 112. El alguacil, que iba sólo y desarmado, se encontró con el supuesto agresor que salía huyendo de la vivienda y al que no pudo detener.
X
La que apareció poco después fue la Guardia Civil, concretamente agentes procedentes de la propia casa cuartel de Cortes, a 200 metros del lugar de la agresión, avisados no por el 112 sino por un par de vecinas que se personaron físicamente a pedir ayuda. La Guardia Civil puso en marcha un dispositivo de búsqueda que permitió horas después detener al agresor, detención que también llevó a cabo la Guardia Civil.
X
El remate de esta historia concluye con una reclamación interpuesta por el heroico vecino contra el 112, por su deficiente actuación. Según sus palabras: “si no actuamos, la hubiera matado. El 112 no estuvo a la altura, mandó al alguacil”. La cronología de los hechos resulta a este respecto bastante reveladora. La primera llamada al 112 se produjo a las 11:10 horas. El alguacil fue avisado por el 112 a las 11:22 y requerido de que acudiera al lugar para “mirar e informar”. El alguacil se persona en el lugar de los hechos e informa a las 11:26. A las 11:40 llegan los guardias civiles del propio cuartelillo de Cortes avisados por las vecinas. A las 11:50 aparece la primera patrulla de la Policía Foral, 40 minutos después de la primera llamada al 112. Recordemos que Cortes no es un poblado en la tundra, sino una localidad a 25 kilómetros de Tudela.
X
Casualmente, si ustedes se han fijado en nuestra sección de cartas al director, esta semana publicamos la queja de una vecina de Obanos, que en la medianoche del 15 de junio escucha unos ruidos en el exterior de la vivienda, abre la puerta y se encuentra con dos encapuchados. La mujer cierra la puerta aterrorizada viéndose en esa situación sola con sus cuatro hijas menores, la mayor de las cuales ya estaba llamando al 112 aunque al parecer sin que el 112 atendiera su petición de ayuda. La madre, viendo cómo la hija intentaba infructuosamente pedir ayuda la 112, llamó con su móvil a la Guardia Civil, personándose a los pocos minutos una patrulla. Los encapuchados habían huido. La autora de la carta, a la par que agradecía la ayuda de la Guardia Civil, denunciaba que aún seguía esperando la ayuda del 112 y la Policía Foral.
X
Pero hay más.
X
En nuestra propia hemeroteca (incluso antes del “cambio”) encontramos historias parecidas que nos hablan de un historial de caos, ineficiencia y descoordinación. Un accidente en Beriáin y la grúa del seguro privado llega mucho antes que la policía, cualquier tipo de policía, la cual sin embargo es necesaria para señalar la maniobra de rescate en la carretera. El párroco de Lumbier se enfrenta a una horda de vándalos que atacan la parroquia y aparece una patrulla de la Policía Foral más de 20 minutos después, aunque en Lumbier hay una casa cuartel de la Guardia Civil a unos cientos de metros de la casa parroquial. Es evidente que el 112 no funciona bien, tenemos una proporción de policías por cada 10.000 habitantes inusitada, pero que si te están apuñalando más vale que sea en Pío XII, porque a unos kilómetros de Pamplona acaba la zona de seguridad y empieza el Far West. A fin de cuentas tampoco es que los ciudadanos pidamos tanto por entregar a Hacienda la mitad de lo que ganamos, pero una de esas pocas cosas es que cuando llamamos a la policía venga la policía, da igual que de verde, de rojo o de azul.
Un comentario
Para saber a qué atenernos, en caso de necesitar asistencia policial ¿se puede llamar directamente al 091 en vez de al 112?. Sería interesante que alguien nos lo aclarase.