CO2: No hay para tanto.
El CO2 es el principal acusado del cambio climático. Don Antón Uriarte, sin embargo, se erigió en su defensor recordando que se trata de un gas que no es contaminante, tóxico ni venenoso. De hecho, es un gas que favorece la fotosíntesis. Más CO2, más espacio verde. Un esquema que se comprueba en los períodos del pasado en que la vegetación en la tierra ha sido más exuberante.
La siguiente gráfica muestra que, efectivamente, el aumento del nivel de CO2 de dispara en los últimos años:
No se menciona casi, sin embargo, el paralelo ascenso del nivel de metano. El ganado es responsable del 18% de las emisiones de gases que producen el efecto invernadero, un porcentaje mayor que el del transporte. Entre el 5 y el 10 % de la masa del alimento de una vaca se transforma en ese gas invernadero mediante un desasosegante proceso natural cuya descripción no viene ahora a cuento, pues ya lo hace la BBC por nosotros.
En todo caso, el aparente dramatismo de las gráficas anteriores queda muy en entredicho al tomar un período mucho más atrás en el tiempo. La actual presencia de CO2 en la atmósfera resulta ridícula en comparación con la de otras épocas de la vida en nuestro planeta.
En los últimos 45 años, la presencia de CO2 en la atmósfera ha pasado de poco más de 300 a poco menos de 400 partes por millón. Hablamos por tanto de un crecimiento de un aumento del 0,007%. Como se ve, buena parte del dramatismo es cuestión de escalas.
¿La tierra se calienta o se enfría?
En general, podría pensarse a tenor de algunas informaciones que vivimos en la época más calurosa de la historia de la vida en este planeta. Las gráficas de don Antón Uriarte demuestran todo lo contrario. En realidad, atravesamos una de las etapas más frías del planeta. Hubo una época, de hecho, en que ni siquiera había hielo en los polos.
Otra de las gráficas curiosas de Uriarte es éste que se refiere a la extensión del hielo en los polos. Resulta llamativo que, mientras la capa de hielo en el Polo Norte ha descendido últimamente a sus niveles mínimos en los últimos años, la capa de hielo en el Polo Sur ha seguido exactamente el camino contrario batiendo sus máximos. No es cierto, por tanto, que la Antártida se esté deshelando, por más que en la inmensidad de la Antártida se puedan desprender enormes bloques de hielo. La evidencia científica lo demuestra a pesar de las informaciones contrarias que podamos recibir en los telediarios.
La subida del nivel del mar.
Otro dato impactante se refiere a la subida del nivel del mar. El mar lleva subiendo de nivel mucho antes de que la primera fábrica humana expulsara la primera nube de humo a la atmósfera. La verdad es que, desde la última glaciación, al derretirse todo aquel hielo, el nivel del mar ha subido 130 metros. No nos hemos equivocado, hemos escrito 130 metros.
¿Y los glaciares?
El profesor Uriarte no tuvo piedad ni siquiera con el retroceso de los glaciares. Claro que retroceden los glaciares, pero lo llevan haciendo desde mucho antes de que empezáramos de que empezáramos a expulsar gases a la atmósfera.
Pero, ¿cuánto ha subido la temperatura?
A tenor de algunas informaciones, podría pensarse que varios grados, bastantes grados, muchos grados. Lo cierto es que hablamos de una subida de 0,6 grados. El origen exacto de esta subida, como mínimo, está sujeto a múltiples interpretaciones. Cuando hablamos del clima, hablamos de algo extraordinariamente complejo, sujeto a multitud de factores y que ni siquiera conocemos exactamente.
Nuevo elemento de controversia. Las emisiones de CO2 han subido durante la última década. En cambio, no lo ha hecho la media de temperatura.
Al menos, habrá más huracanes…
Ni eso conceden a los catastrofistas los datos aportados por el profesor Uriarte. Hay huracanes y catástrofes, como las ha habido siempre. De hecho, los últimos años ni siquiera han sido demasiado activos en ese sentido. Salvo el 2005 en el Atlántico.
Les dejamos con todos estos datos para que ustedes tomen su propia decisión. Al menos, don Antón Uriarte, que no cobró un euro por su charla, nos ha dejado un punto de vista alternativo.