Que el PSN presida Navarra significa que Bildu va a tener la llave de los Presupuestos Generales de la Comunidad Foral en sus manos. Que los nacionalistas gobiernen Navarra también significa que el Impuesto sobre Sociedades en Navarra sea del 28% y en la CAV del 24%. En el resto de España el tipo nominal es del 25%.
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La negociación con Bildu para sacar adelante los Presupuestos de Navarra ya no es ningún secreto y el PSN no sólo no la oculta sino que la defiende abiertamente. Mientras que el PSN reitera “nunca ha pactado con EH Bildu un acuerdo de gobierno”, al mismo tiempo indica que “están dispuestos a establecer diálogo y negociación en cuestiones puntuales sobre iniciativas legislativas como los presupuestos con todas las fuerzas del arco parlamentario”. En este sentido y en lo que se refiere a Bildu, el PSN señala que “no va a permitir ningún veto” porque “el objetivo final del proceso de diálogo es actuar con responsabilidad política y obtener los mejores presupuestos para Navarra”.
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En realidad sí que hay un veto, sólo que la formación vetada en las negociaciones no es Bildu sino Navarra Suma. Formalmente no hay un veto, en el sentido de que el PSN se ha reunido una hora con Navarra Suma, pero realmente sí que lo hay porque el objeto de esa reunión, según declaró Esparza, fue precisamente que «el Gobierno nos trasladó que en materia fiscal no va a mover una coma». Al menos negociando con Navarra Suma, naturalmente. ¿Para qué se reunió entonces una hora el PSN con Navarra Suma? Pues porque sería un poco fuerte reunirse con Bildu sin haber querido reunirse siquiera con Na+.
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En la medida en que Chivite se niega a negociar ni una coma con Navarra Suma, está claro que el PSN le otorga toda la fuerza negociadora a Bildu. Es decir, la fuerza negociadora del PSN es que puede formar mayoría o con Navarra Suma o con Bildu, si renuncia explícitamente a negociar con Navarra Suma, toda la fuerza negociadora se la pasa a Bildu, que se convierte en la única opción del PSN y que por tanto puede imponer sus condiciones. Es en este contexto que se plantea una nueva subida fiscal sobre las empresas navarras no tanto por un incremento del tipo nominal (que ya es el más alto de España) sino a través de la eliminación de toda una serie de deducciones por inversión en I+D, reinversión en el inmovilizado material, etc. Tonta será la izquierda abertzale si no aprovecha la posición de fuerza que se le regala para no imponer unas condiciones leoninas a su apoyo a los presupuestos.
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De paraíso foral a infierno fiscal
La negociación con Bildu agrava si cabe el infierno fiscal en el que ya nos convirtió el cuatripartito con un elemento particularmente enervante para los inversores como es el de la inseguridad fiscal y jurídica. Es decir, los empresarios e inversores pueden observar un territorio y decidir invertir en él a pesar de la elevada fiscalidad, si existen algunos otros elementos que puedan ofrecer algún tipo de compensación. Existe una elevada fiscalidad pero se asume y ya está. El problema es que aquí no se puede asumir sin más la elevada fiscalidad existente porque, por si fuera poco, cada poco tiempo cambian las condiciones y siempre en perjuicio de las empresas y los inversores. Esto tiene un efecto disuasorio enorme sobre el emprendimiento y la inversión y lamentablemente Navarra pagará en el futuro un alto precio por ello. Un territorio no pierde de la noche a la mañana su buena reputación como zona favorable a la inversión y el emprendimiento pero, cuando pierde esa buena reputación, tampoco es posible recuperarla después de un mes para otro. Apreciaremos nuestra reputación de tierra que atraía a los inversores cuando hayamos perdido esa reputación y padezcamos sus consecuencias.
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Paralelamente, con lo que sí se va a acabar es con el absurdo impuesto sobre el patrimonio empresarial, que defienden Bildu, IE y Podemos y que ya sólo existe en Navarra. El problema es que el PSN y Geroa se van a salir con la suya porque Navarra Suma rechazará las enmiendas de Bildu e IE, que a su vez rechazarán la de Navarra Suma (mucho más ambiciosa que la mera eliminación de este absurdo impuesto), por lo que al final no prosperará ninguna enmienda.
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Que los Presupuestos de Navarra, por otro lado, queden condicionados por Bildu, pone de manifiesto otra de las características de los 100 primeros días de gobierno de Chivite. Y es que mientras el PSN vota en contra de que el estatuto vasco incluya a Navarra o Chivite celebra la Hispanidad, Bildu decide los Presupuestos. Es decir, en la Navarra real los aspecto materiales los controla por completo el nacionalismo igual que cuando gobernaba el cuatripartito, y al PSN se le ha dejado la mera gestión de los aspectos formales del gobierno. No es que los aspectos formales sean irrelevantes, pero a nadie se le escapa que gobernar es ante todo el control de todos los asuntos materiales. Es más, quien controla los asuntos materiales es cuestión de tiempo que se haga también con el control de los aspecto formales.
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Un comentario
Hay que hacer todo lo posible para que se vayan más empresas de Navarra, aumente el paro en todas las zonas y así Alchachu ya no esté a la cabeza del desempleo.