El pleno del Parlamento de Navarra tomó en consideración el pasado jueves una proposición de ley presentada por Izquierda-Ezkerra para reducir al mínimo legal la enseñanza de religión en los centros educativos de Navarra. La LOMCE establece el derecho a recibir libremente un mínimo de clases de religión, por lo que sin un cambio de la LOMCE a escala nacional el pentapartito no puede eliminar totalmente la religión de los colegios navarros, tal como ha declarado que sería su voluntad. El movimiento iniciado el pasado jueves, no obstante, pretende reducir a una hora semanal la religión en los colegios, el mínimo absoluto legal.
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Como primera consideración, cabría indicar que recortar derechos no es sólo recortar prestaciones económicas. Quitar a las familias el derecho de elegir educación religiosa, o en vascuence, o en inglés, o diferenciada, también son derechos que se pueden recortar. En realidad, este tipo de derechos son los más importantes. Por un lado porque los derechos más fundamentales, como el de escribir un periódico, no son derechos económicos. Y no es que los derechos de carácter económico no sean importantes, pero es que los derechos de tipo económico son prestaciones que el gobierno ofrece por un lado pero cobra por otro a los ciudadanos, a veces con una mala y cara gestión de por medio. No se trata sin embargo de discutir de que un recorte de gasto (depende qué gasto) no sea un recorte de derechos, sino de subrayar intensamente que limitar la libertad educativa también es un flagrante recorte de derechos, y el pentapartito de PSN-Bildu-Geroa-Podemos-IE está recortando derechos.
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La reducción de horas de clase de religión puede llevar a muchos profesores de religión en Navarra a perder su puesto de trabajo. El pentapartito es un gobierno social siempre que se piense como el pentapartito. Hay unos 130 profesores de religión en Navarra cuyos empleos quedan ahora en peligro. Por no mencionar que el 60% de las familias navarras eligen religión en el conjunto del sistema educativo porcentaje que ronda el 90% en los centros concertados. Es decir, existe una demanda social mayoritaria (aunque sería igual de respetable si fuera minoritaria) de clases de religión, pero al pentapartito y su radicalismo adoctrinador no le importa lo que demanden las familias mayoritaria o minoritariamente, sino imponerles su propia ideología.
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La decisión de reducir al mínimo las clases voluntarias de religión pone de manifiesto que a la izquierda navarra no le gusta la libertad. Es decir, aquí no se trata de obligar a nadie a que reciba clases de religión, sino de que la gente pueda elegir si quiere o no quiere clases de religión. ¿Por qué es mejor que la gente no pueda elegir a que sí pueda elegir? Al pentapartito no le gusta la libertad porque la gente podría elegir cosas que no le gustan al pentapartito. Al pentapartito no le gusta que la gente pueda elegir cosas que al pentapartito no le gustan, como la religión o el inglés, o que pueda no elegir cosas que le gustan, como SKOLAE, o el vascuence. Al pentapartito se le llena la boca hablando de fascistas pero practicar el fascismo es quitarle a la gente la libertad. Amar la libertad no es dejar que la gente elija lo que a uno le gusta, sino que elija lo que a uno le gusta o lo que no. A la izquierda le gusta poder elegir cuando está en la oposición y que la gente no pueda elegir cuando está en el gobierno. El problema no lo tiene por tanto la izquierda con la religión, sino con la libertad. Por lo menos que no presuman de ser plurales o de ampliar los derechos de la gente porque no es verdad. Aquí la educación la pagamos entre todos, pero después la elige para todos Marisa de Simón. Cuando el cuatripartito llegó al poder en 2015 empezamos a pagar más al gobierno y a perder en cambio derechos y libertades, y con Chivite seguimos pagando más y perdiendo más derechos y libertad.
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Un comentario
Izquierda y libertad, podría ser el ejemplo perfecto para definir antagonismo.