La cultura de la muerte y del descarte avanza por múltiples flancos, ahora por iniciativa de Podemos. Abortar es progresista. Eliminar a un hijo incómodo e indeseado es un derecho. Para la izquierda los seres humanos indeseados e incómodos son eliminables. Por lo menos dentro de una franja temporal. Naturalmente se prima el hecho de que los seres humanos eliminables en esas franjas temporales en que se suspende el derecho a la vida (la gestación y la vejez) sean particularmente débiles y se encuentren especialmente indefensos, para que todo el proceso se simplifique y sea más progresista. Gracias al aborto la izquierda suspende de hecho el derecho a la vida. El supuesto derecho al aborto de unos implica que el derecho efectivo a la vida de otros deja de ser un derecho natural e inalienable de los seres humanos. El derecho a la vida pasa de ser algo exigible y reclamable al estado, que por tanto el estado está obligado a reconocer a todos los seres humanos, a ser una concesión graciosa que el estado puede reconocer o no reconocer, a unos sí y a otros no, en un momento dado sí y otro no.
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Una vez que el derecho deja de ser la vida sino el aborto, y la vida pasa a ser una gracia que el estado puede reconocer o no, este ya puede empezar a establecer plazos y supuestos en los que la reconoce y plazos y supuestos en los que no. A estas alturas el debate de la izquierda ya no es eliminar a los débiles, desfavorecidos e indeseados y presentar esto como un gran avance social y feminista (la mitad de las eliminadas son niñas), sino crear una lista negra con todos los médicos que no estén dispuestos a abortar.
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Irene Montero defiende crear un registro para «saber» qué médicos no quieren practicar abortos https://t.co/YloyC2w0Ad
— okdiario.com (@okdiario) August 30, 2022
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El carácter coactivo de esta lista queda claro desde el momento en que lo lógico, puestos a hacer alguna lista, sería hacer una lista de médicos abortistas. Es decir, uno no crea una lista de no fontaneros para que no los llame la gente que necesite un fontanero. Lo lógico es crear una lista de fontaneros para llamarlos. Quieres saber a quién puedes llamar, no a quién no puedes llamar para que te arregle un grifo. O la lista es para coaccionar y represaliar a los médicos no abortistas o no tiene sentido.
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Tampoco tiene sentido estar en contra de la pena de muerte y a favor del aborto. Por lo menos el condenado a muerte tiene derecho a un juicio, a una defensa, y debe ser encontrado culpable de haber cometido un horrible delito. Si la pena de muerte no es progresista, mucho menos progresista todavía es el aborto. Hacer un registro de médicos que no quieren abortar es como establecer la pena de muerte y establecer un registro de policías o funcionarios de prisiones que no quisieran matar a un preso.
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Lo anterior nos lleva al debate de si para matar presos hacen falta policías o para matar niños hacen falta médicos. O sea, ¿no es un verdugo lo que realmente necesitamos en ambos casos? ¿No son oficios distintos el de policía, el de médico y el de verdugo? Lo lógico sería crear un registro de verdugos y, en el caso del aborto, exigir acaso conocimientos de medicina para poder ser inscrito. Claro que, ¿para qué le hacen hacen falta conocimientos de medicina a un verdugo si al paciente no hay que salvarlo sino matarlo? Para salvar al paciente hace falta un médico, para matarlo vale cualquiera. Lo que sucede es que queremos matar al niño garantizando la seguridad de la madre, ¿pero no es esto un reconocimiento en toda regla de que son dos personas distintas y de que la madre que aborta no está decidiendo sobre su cuerpo y sobre su vida sino sobre el cuerpo y la vida de otro? Es decir, si abortar fuera acabar con la propia vida y el propio cuerpo sería suicidio. Que se pueda acabar con el cuerpo y la vida del niño sin dañar a la madre es la prueba de que abortar no es decidir sobre el propio cuerpo y la propia vida sino sobre la del niño.
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Obviamente llegará el día en que el aborto se contemple como una monstruosidad inconcebible propia de bárbaros y tiempos oscuros y ese día la izquierda negará que jamás defendiera el aborto o que Irene Montero fuera izquierdista. No es nada personal contra Irene Montero pero esperemos que llegue pronto ese día.
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