La extrema izquierda vive en una realidad paralela en la que todavía no se hubiera alcanzado en Gaza un acuerdo de paz. Dicen que quieren la paz, pero no aceptan que ya haya un acuerdo de paz. Persisten en sus concentraciones igual que cuando Gaza estaba siendo bombardeada porque se niegan a que la paz les fastidie su movilización. Si ya hay un acuerdo de paz en Gaza y se siguen manifestando es evidente que el fin de su movilización no era la paz. Que se bombardeara o no Gaza era irrelevante. Usaban a los muertos en Gaza pero en realidad no era esa la cuestión.
🥷🏾🔥La batasunada haciendo lo de siempre.
— Guillermo Chaverri 🇪🇸🇪🇺 (@gchaverri1) October 15, 2025
Cualquier excusa les vale para justificar la algarada callejera, quemar contenedores, reventar comercios y atacar a la policía.
La paz en #Gaza les importa un bledo. Ellos quieren no trabajar y reventar todo lo que puedan. #Pamplona pic.twitter.com/SixneP762G
Las pancartas que siguen encabezando las movilizaciones, de hecho, ponen de manifiesto que el fin perseguido para ellos no es la paz, sino la destrucción de Israel (Israel suntsitu). La quema de banderas israelíes a lo Isabel Peralta expresa además el odio general e indiferenciado al judío. No están en contra de la violencia o de los genocidios, sino en contra de unos genocidios y a favor de otros. No se puede destruir Israel sin violencia y sin un genocidio. Frente a alguien que persigue el genocidio de los israelíes, por otro lado, casi cualquier respuesta israelí quedaría justificada. La paz sólo puede llegar del respeto a la existencia del otro y de gente que no quiere ningún genocidio.
Policía Nacional se ha visto obligada a cargar contra un reducido grupo de encapuchados esta mañana en la avenida de Bayona después de que cortaran la calle con contenedores cruzados y algunos de ellos ardiendohttps://t.co/4W9lFaQGf4 pic.twitter.com/oOXwlavFl5
— Navarra Televisión (@NavarraTV) October 15, 2025

En la última manifestación de Pamplona ha vuelto a quedar patente la afición a la violencia de los manifestantes, verbal y real. Verbal en sus gritos pidiendo la destrucción de Israel, y real vandalizando múltiples comercios a su paso o cruzando contenedores, arrojando objetos a la policía o cortando el tráfico. Todas las manifestaciones de la izquierda abertzale hace décadas son lo mismo. Son gente violenta y para qué iban a evolucionar. Les ha ido bien siendo violentos. Tienen mucho apoyo político. Les gusta y les conviene vivir en un marco en el que no pensar como ellos es peligroso.

Las movilizaciones violentas son necesarias de forma periódica para mantener movilizada a su gente y conservar el control de los colegios y espacios públicos. Las pancartas deseando la destrucción de Israel no es que la izquierda abertzale las saque a las calles, es que las mete en los colegios. Véase como ejemplo esta imagen del Instituto Eunate de Pamplona. Hay que adoctrinar en los colegios públicos a los menores en el odio a Israel. En el odio a Israel y en el odio a muchas otras cosas. El votante de hoy es el menor adoctrinado de ayer. Los colegios públicos del modelo D son las canteras de la carne de cañón de la izquierda abertzale. Si alguno se mete en un lío ya se manifestarán después a su favor, lo importante es tener un contingente de jóvenes violentos permanentemente movilizados con los que se pueda contar. ETA ya no mata pero a eso no van a renunciar. Gaza por lo demás es sólo una excusa. Siguen usando a Gaza para justificar su violencia aunque haya un acuerdo de paz. Se oponen al acuerdo de paz. Preferían los bombardeos y los gazatíes muertos al acuerdo de paz. En el momento en que se agote Gaza buscarán otra excusa. El único límite es no movilizarse contra nada que sea responsabilidad del gobierno aquí. Hay que desviar la mirada más lejos porque son ellos los que gobiernan aquí.