Una ventaja de la lucha contra el comunismo es que el comunismo no inventa nada nuevo, vuelve una y otra vez sobre los mismos pasos. De este modo, resulta que la idea de Podemos de poner en marcha una cadena de supermercados públicos con precios populares ya se puso a prueba en Venezuela. La verdad es que no se han tomado mucho trabajo antes del anuncio tratando de disimular con lo de los “Precios Justos” el origen venezolano de la idea, aunque ahora se enfadan con aquellos que lo señalan.
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El caso es que, cuando en Venezuela comenzó a ser palpable el descenso de la calidad de vida que había traído el comunismo, como diría Ione Belarra allá no se anduvieron con tonterías ni medias tintas. Nacionalizaron (todavía en tiempos de Chávez) varias cadenas de supermercados, las convirtieron en una cadena pública y “toparon” los precios. Los comunistas de Venezuela no hicieron nada que no estén proponiendo los comunistas de aquí y comenzaron insultando y criminalizando a los empresarios de allí lo mismo que han empezado a insultar y criminalizar a los de aquí.
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El problema fue que las cosas no sólo no mejoraron, sino que empeoraron con los “precios justos”, la intensificación del comunismo e incluso el encarcelamiento de los empresarios del sector privado acusados de sobrepasar los precios marcados. Dicen, acaso apócrifamente, que en la Revolución Francesa cortaban la cabeza a los panaderos que subían el precio del pan, lo que reducía el número de panaderos y la oferta de pan. Algo parecido fue pasando con las empresas en Venezuela.
Venezuela fija los precios obligatorios de 25 alimentos básicos y amenaza con la cárcel a los comerciantes que los incumplanhttps://t.co/aw0LBrmaXj pic.twitter.com/IFdlKT98iw
— elEconomista.es (@elEconomistaes) August 23, 2018
Maduro: 34 gerentes de supermercados están tras las rejas https://t.co/h9XwX6Fz0c pic.twitter.com/cZLvap6XZb
— El Nacional (@ElNacionalWeb) September 20, 2018
La inflación siguió creciendo y el desabastecimiento se agravó. Lo uno por lo otro. Si no solucionas el problema de oferta, no puedes poner freno a la inflación fijando los precios. Si algo es escaso su precio sube por definición. Si fijas un precio artificialmente bajo o ajeno a la escasez que determina ese precio, lo que sucede es que deja de venderse ese producto porque por debajo de su precio real a nadie le interesa producirlo o venderlo. Con lo cual se agrava la escasez, la pescadilla se come la cola y volvemos a la casilla de inicio. Al final sólo pueden encontrarse los bienes en el mercado negro y muy por encima de los precios fijados. En Venezuela los precios han subido por dos motivos. Primero porque el comunismo, dinamitando el mercado, ha generado desabastecimiento, y segundo porque imprimiendo dinero para mantener el gasto público y anestesiar a la población ha bajado el valor del dinero.
Aseguran que desabastecimiento en quirófanos de Venezuela es del 72 % https://t.co/GrcpeVM4Jr
— Dossier Venezuela (@DossierVzla) April 29, 2023
Por lo que respecta a los supermercados públicos bolivarianos con “precios justos”, bautizados como Abastos Bicentenerio, lo que sucedió es que padecieron el mismo desabastecimiento que los demás, como es lógico, incluso con el favor del gobierno. Si Maduro hubiera sido coherente, hubiera tenido que meterse a sí mismo en la cárcel, como metió a muchos empresarios,acusados de provocar el desabastecimiento y la subida de precios. Cuando hubo subidas de precios y desabastecimiento en su cadena de supermercados públicos, Maduro se aplicó a si mismo un rasero distinto que el resto. Pero bueno, puede hacerlo porque es comunista y amigo de Podemos. Por cierto, los supermercados públicos del chavismo con precios justos fueron puestos en marcha expropiándoselos al grupo francés Casino. El Chavismo intentó además de Abastos Bicentenario un experimento parecido con la red Mercal y una cesta de productos básicos subvencionados. La cola del hambre sería otra forma de llamarlo. Resulta curioso de hecho todo lo que ha hecho el chavismo para intentar frenar un problema como el desabastecimiento, cuya existencia negaba por otro lado.
Maduro dice que abastos Bicentenario se pudrió… pic.twitter.com/vwo3QxNegc
— ResistenciaVzla (@ResistenciaV47) February 20, 2016
Vengo del futuro. En Venezuela se implementó la red Mercal, y se optó por la expropiación de supermercados privados para reemplazarlos con basura ineficiente socialista. ¿Resultado? Colas del hambre. pic.twitter.com/RF0dxpn6jQ
— Manuel 🇪🇦🇻🇪 (@ManuelDeVerdad) May 7, 2023
Al final, los supermercados públicos chavistas con precios públicos fueron un absoluto fracaso. Estaban desabastecidos, los precios se dispararon, presentaban unas pérdidas brutales y encima se convirtieron en un foco de corrupción. O eso dijo al menos Maduro para justificar el fracaso. Sin embargo el chavismo no se limitó a meter en la cárcel también a los gerentes de los supermercados públicos, sino que acabó cerrándolos y reconociendo así de facto el desastre. 10.000 trabajadores públicos de los supermercados se quedaron en la calle. Maduro cerró la cadena afirmando que la red “se pudrió”.
A la cárcel presidentes de CVAL y Abastos Bicentenario por corrupción https://t.co/aw2iNZZ0yE pic.twitter.com/bddn3BWtKR
— Últimas Noticias (@UNoticias) January 29, 2016
A la cárcel tres gerentes de Abastos Bicentenario en Anzoátegui http://t.co/EtIzu9Ksmi pic.twitter.com/l7glnXNGnx
— YVnoticias (@YVnoticia) April 26, 2015
En realidad todo lo anterior no debería ser sólo una advertencia de interés para todos los amigos del sentido común y los enemigos del comunismo. A los miembros de Podemos también les conviene enterarse bien de lo que pasó. O sea, si Belarra te ofrece dirigir un supermercado siguiendo el modelo venezolano piénsalo bien ante de aceptar el puesto, porque cuando se demuestre que es un fracaso y empieces a tener que subir los precios de venta o dejar las estanterías vacías, Belarra no va a reconocer que fue ella la que se equivocó, o que el comunismo no funciona, sino que dirá que te has corrompido y vendido al capital y te encarcelará. Cuando te ofrezcan la dirección de un súper, camarada podemita, por tu bien di que no.
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